Terrassa

Echar una mano en los deberes

El curso entra en la recta final y con el se despiden también las actividades complementarias como las dedicadas al refuerzo escolar. La Biblioteca de Ca N’Anglada (Bd2) es uno de los equipamientos que acoge este tipo de acciones socioeducativas que se llevan a cabo una día a la semana, los martes, y están a cargo de voluntarios.

Explica Montse Llovera, directora de la biblioteca, que el Club de los deberes -así se denomina- arrancó hace un par de años con el objetivo de dar apoyo al alumnado, especialmente a aquellos niños y adolescentes que en casa no disponen de un espacio idóneo para hacer el trabajo escolar ni tampoco de una ayuda por parte de padres y hermanos de más edad.

En este contexto, la Bd2 decidió buscar información sobre el funcionamiento de estas sesiones de refuerzo que también se realizan en otras bibliotecas, esplais y centros cívicos. Después diseñó su propio programa que se sustenta en el voluntariado y que llega a unos cincuenta niños y adolescentes, de entre 6 y 13 años, de las escuelas e institutos de su zona.

Así, durante el curso, el Club de los deberes abre cada martes, de 6 a 7 de la tarde, en una de las salas polivalentes de la Bd2. Allí, voluntarios, como Karima El Karrichi, de 31 años, y Alba Polonio, de 23, reciben a sus alumnos, los cuales van provistos de cuadernos de ejercicios para consultar y realizar. Tras dar la bienvenida se sientan y, en pocos minutos, la sala se transforma en una pequeña aula escolar.

Karima y Alba se sientan junto a sus pupilos. Empieza el trabajo. Hala, de 10 años, de la Escola Agustí Bartra, pide ayuda en matemáticas, en cómo hacer las divisiones con más de una cifra. Hanae, de 8 años, de la Escola Antoni Ubach, cuenta también que los números le resultan difíciles salvo las sumas matiza porque en ellas se desenvuelve bien. A su lado, Zakaria, de 10 años y también alumno de Antoni Ubach, dice que le cuesta la lengua castellana.

Los tres alumnos explican que están contentos de que les echen una mano. Para Hala, "el grupo de voluntarios colabora mucho y nos resuelve muchas dudas". Y avanza que "cuando sea mayor, quiero ser maestra o médico de niños pequeños". Zakaria y Hanae escuchan con atención a Hala, quién parece, a tenor de su mirada y de sus palabras, que a su corta edad ya ha decidido en firme su futuro. Los tres alumnos del Agustí Bartra y Antoni Ubach se consideran unos chavales con mucha suerte.

También lo valoran así las voluntarias. Karima y Alba hace sólo unos meses que desarrollan esta labor de refuerzo escolar y aseguran que les satisface. Karima, graduada en ESO y con formación en servicios de atención a la dependencia y a la discapacidad, explica que en el Club de los deberes da soporte en varios aprendizajes. "Habitualmente estoy con los niños en cuestiones de lenguas (catalán y castellano), ciencias sociales, matemáticas pero también doy soporte a adolescentes en el uso básico del ordenador. Es un trabajo que hago muy a gusto y por el que me siento muy agradecida".

Alba, titulada en Estudios Literarios por la Universitat de Barcelona, se manifestó en la misma línea. "Echar una mano a los niños en el tema escolar supone para mí un aliciente personal. Es muy grato ver que te esperan, que cuentan contigo y que te abrazan cuando saludas y te despides". Alba añade que realizar este trabajo de voluntario le enriquece personal y profesionalmente.

Karima y Alba llegaron a este Club de los deberes en Ca N’ Anglada por distintas vías. Karima porque es usuaria, junto con su hija, de la biblioteca y Alba porque fue hasta el centro bibliográfico a pedir información para participar en el programa de voluntariado Lecxit, de fomento de la lectura para los niños. Una vez en la biblioteca, y tras hablar con sus responsables, canalizaron su dedicación para con el refuerzo escolar. Karima y Alba se siente motivadas porque trabajar con niños es un aprendizaje mutuo. "No hay patrones. Cada niño es un mundo, es diferente a los demás", asegura Karima.

El dato
50.Son los alumnos de primaria y primer ciclo de ESO inscritos al Club de los deberes de la Bd2. Cada sesión acoge de 12-15 estudiantes

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