La extensión en el tiempo de la crisis económica influye de una manera determinante en los más pequeños, que sufren las consecuencias del agravamiento de la situación en que se encuentran sus familias. Así lo indica la memoria anual de Càritas. “Más que hablar de un aumento de la pobreza infantil, creemos más oportuno hacer referencia a la pobreza familiar, ya que los niños y jóvenes padecen el empobrecimiento de sus familias”, reza el documento.
Con todo, uno de los datos que llaman la atención en la memoria es que casi el 40 por ciento de las personas atendidas por Càritas Diocesana de Terrassa son menores de edad.
En cuanto a las iniciativas pensadas para los ciudadanos de más corta edad, la implicación social de Càritas hizo que el año pasado 52 niños de Terrassa se valieran de un refuerzo educativo complementario a las horas de escuela. Hasta 18 pequeños egarenses más (y 25 adultos) recibieron apoyo psicológico gracias a la entidad.
“Es importante que todas las personas y las familias que sufren la crisis sean capaces de recuperar la autoestima y la motivación perdida”, aseguró ayer la secretaria general Pilar Taché.