Fue grave, con destrozos de mucha envergadura, con daños en al menos cinco pisos, pero pudo ser mucho peor: en la galería de la vivienda donde se originó el incendio, el martes por la tarde, había cuatro bombonas de butano; algunas se quemaron pero no llegaron a explosionar. Todo el bloque, en Ca n’Anglada, fue desalojado pero no hubo intoxicados ni heridos.
El 112 dio aviso a la Policía Municipal a las 6.19 de la tarde. Poco antes alertó a los bomberos, que enviaron al lugar, la calle de Sant Crispí, a cuatro dotaciones. Los Mossos d’Esquadra comisionaron también a varias unidades. La calle de Sant Crispí, a la altura del 236, se llenó de personal de servicios de emergencias: un vasto incendio nacido en unos bajos se había propagado por el patio de luces a otras viviendas. Una ambulancia llegó por si había víctimas.
¿Cómo empezó el fuego? Según los indicios manejados por policía y Bombers, la génesis estuvo en unas tuberías de gas ciudad, en el tramo comprendido entre un calentador y unos contadores; se fundió un tapón de la conducción, y el gas en escape ardió, quemando ropa, sillas, armarios y una lavadora. Las llamas ascendieron por el patio interior.
Según Bombers de la Generalitat, el fuego se extendió a la galería del piso contiguo, y a los bajantes de agua; también a ventanas y tendederos de dos pisos superiores, y a ventanas del siguiente. Ardieron cortinas y la espesa humareda penetró en los domicilios.
Los servicios de emergencias desalojaron el bloque de viviendas, si bien los moradores pudieron regresar poco a poco a sus hogares el mismo martes, una vez ventilados los inmuebles y cuando operarios de una compañía de suministro del gas se presentaron en el edificio. No había gas, pero tampoco agua ni luz, aunque la estructura del bloque no había resultado alterada.
el fuego se extiende