Relevo al frente del Centre de Normalització Lingüística (CNL) de Terrassa y Rubí con sede en el Vapor Universitari y referente para el aprendizaje de la lengua catalana. Teresa García, profesora de catalán en el centro, es la nueva directora en sustitución de Ferran Lozano que ha dejado el cargo y el organismo por jubilación tras una larga etapa de 26 años.
Nacida en Terrassa, Teresa Garcia, de 53 años, es licenciada en Filología catalana y está vinculada al CNL desde hace 24 años durante los que ha trabajado dando clases de catalán en Terrassa y Rubí. También es autora de diversos libros de lengua catalana.
García ha explicado que afronta la nueva responsabilidad con mucha energía y con la voluntad de reforzar el proyecto. ” Sigue habiendo personas interesadas en aprender el catalán, bien porque lo desconocen o bien porque quieren tener un mayor dominio de expresión oral y escrita para su vida profesional y/o particular pero al mismo tiempo queremos extender el uso del catalán más allá de los ámbitos habituales, del entorno de nuestras ciudades donde ya es una lengua viva y que se utiliza”. La nueva directora, que elogió el trabajo de su antecesor, Ferran Lozano, considera que se puede hacer más. “Además de impartir clases, el CNL también trabaja para que el catalán esté presente en todos los ámbitos de la vida ciudadana pero hay espacios en los que aún está en situación de inferioridad”. Y ejemplariza sectores como la justicia, el cine y los medios de comunicación. El CNL, que ha superado ya su primer cuarto de siglo, es un centro con mucha historia en la ciudad porque desde su creación, en 1989, ha sido clave para el aprendizaje y formación en lengua catalana para miles de terrassenses, autóctonos y foráneos.
Cabe decir que esta labor de enseñar y fomentar el catalán ya venía de lejos porque había muchas entidades que trabajaban en este sentido. El centro de Terrassa y Rubí, que se inauguró en 1989, registra una intensa actividad. Este curso cuenta con 1.802 inscritos. Junto a las clases está la promoción de las parejas lingüísticas que participan en el programa Voluntariado por la Lengua, así como otras acciones colaboradoras con los ayuntamientos, las asociaciones de vecinos y las entidades culturales y económicas. Una de sus reivindicaciones a lo largo de los años fue conseguir una sede adecuada para concentrar su actividad. En 2014 este objetivo fue una realidad cuando el CNL dejó la sede de Sant Quirze y se trasladó al Vapor.