Reubicado en la centralidad de la carrera por la alcaldía, el candidato de CiU Miquel Sàmper asegura que las negociaciones atraviesan su punto álgido y puntualiza que los nacionalistas no darán un cheque en blanco a ningún partido que necesite sus tres concejales. Por eso pide "generosidad" tanto al PSC como a Terrassa en Comú y "que se aparquen las siglas".
"Si nos creemos el cambio tenemos que olvidar las etiquetas políticas", advierte Sàmper a la izquierda alternativa, en cuyas filas se han oído voces contra cualquier acuerdo con CiU, incluso el apoyo a la investidura. "Si el cambio es tan importante todos debemos esforzarnos, si no fomentaremos la continuidad".
En ese sentido, Sàmper pone sobre la mesa condiciones para el acuerdo como que "el alcalde sea una persona que esté al lado del proceso y defienda el derecho a decidir". La militancia de CiU, asegura, "no perdona los ataques de Ada Colau a Xavier Trias (al que Barcelona en Comú le ha arrebatado la alcaldía), de manera que todos tenemos que ceder, y una alternativa podría ser la alternancia en la alcaldía:
un año Miquel Sàmper (CiU), uno Isaac Albert (ERC-MES) y dos Xavier Matilla, por ejemplo. Todos hemos defendido el cambio en campaña, ahora ha llegado el momento de hacerlo, de sumar y de marcar objetivos y una ruta".
El candidato de CiU asegura que la vía de diálogo también sigue abierta con el socialista Jordi Ballart, y que serán los comités ejecutivos de CDC y UDC en primera instancia, y las asambleas de ambos partidos, en segunda, quienes decidan la posición definitiva de la coalición.