Terrassa

La residencia del Vapor Gran abrirá la próxima semana

Tras diez meses de obras y adaptaciones a su nuevo uso, la próxima semana comenzará a funcionar la Casa Vapor Gran, la residencia que Mútua Terrassa pondrá en marcha justo en el mismo edificio que entre los años 2007 y 2012 albergó un hotel en la calle del Portal Nou.
El fracasado proyecto de ofrecer una marca de alojamiento referente en pleno centro de la ciudad dará pasó así a una nueva etapa del inmueble. Todo en una zona, la del antiguo espacio fabril del Vapor Gran, que se encuentra en pleno proceso de redefinición tras haberse convertido en un área residencial y de comercios que no ha cumplido con las expectativas creadas.

Las renovadas instalaciones tienen una capacidad de 131 plazas, de las que en un principio se ocuparán un centenar. Los nuevos inquilinos del antiguo hotel provienen en su inmensa mayoría de Residencial Vallparadís y la Casa Marquès, los dos centros propios que Mútua tenía hasta ahora en Terrassa destinados a ser una casa para mayores. El traslado desde ambos edificios hacia el inmueble del Vapor Gran empezará a mediados de la semana que viene y las plantas se irán ocupando de una manera progresiva. “Durante los últimos días hemos programado visitas individualizadas con las familias y los futuros residentes a fin de que el cambio resulte para todos tan amable como sea posible”, explicaba ayer Isabel Reneses, directora de la Casa Vapor Gran, en la presentación oficial del equipamiento.

La mayoría de las plazas del centro son privadas, con unos precios que oscilan entre los 2.178 y los 3.328 euros, en función de si el residente ocupa una habitación individual o doble, así como de la planta donde viva. La más cara es la séptima y última, desde donde se observan unas vistas de altura sobre buena parte de la ciudad.

Con todo, la Casa Vapor Gran conservará las 30 plazas concertadas por la Secretaria d’Inclusió Social i de Promoció de l’Autonomia Personal -dependiente del Departament de Benestar i Família- con la residencia Vallparadís.

Mútua compró el edificio del antiguo hotel en enero de 2014 por cinco millones de euros, y aunque en un principio su inauguración estaba prevista en el primer trimestre del año, los trabajos de última hora han retrasado unos meses la puesta en marcha de la residencia.

Las obras han respetado la fachada del emblemático inmueble diseñado por el arquitecto Juli Capella, el mismo que en su día proyectó los hoteles de Heron City y Diagonal Mar. Ya en el interior, las plantas entre la 1 y la 6 responden a un mismo esquema de distribución espacial. El punto de encuentro para los usuarios en cada uno de estos niveles es una sala de estar (y comedor) destinada a que pasen allí el tiempo de ocio y donde también se desarrollarán actividades lúdicas. Esa misma área central dispone de una cocina para el uso de los mayores.

20 personas vivirán en cada planta, repartidas en nueve habitaciones dobles y dos más individuales. “La estructura interna del edificio nos ha permitido avanzar en la idea de crear unidades de convivencia, es decir, ambientes en los que hay grupos pequeños, cuyos miembros se conocen entre sí y también a las cuidadoras”, comentó Francesc Puig, gerente de la Unidad estratégica sociosanitaria de Mútua Terrassa.

La planta 7, la más alta, la más exclusiva (y, por tanto, la de un precio más elevado) cuenta con una amplia terraza con vistas panorámicas. Este nivel tiene siete habitaciones individuales y dos dobles, además de una cocina propia. Sólo once personas residirán en ella.

En la planta baja se ubica la recepción, la cafetería, la sala de visitas para el encuentro con los familiares, así como un centro de día con una capacidad para atender a 20 usuarios y que desde Mútua esperan potenciar. En un nivel todavía más inferior hay una sala de actividades y un pequeño gimnasio que puede hacer las veces de lugar destinado a practicar ejercicios de rehabilitación física.

Sobre la idoneidad de situar una residencia en una zona, la del entorno del Vapor Gran, de las consideradas “duras” a nivel arquitectónico -en la que existe una prevalencia casi absoluta del cemento sobre las áreas verdes-, el directivo Francesc Puig comentó: “La ubicación resulta una ayuda. Los usuarios podrán salir del edificio y pasear por los alrededores, ya que el entorno es peatonal. Además estamos en pleno centro de Terrassa. Y entendemos que este factor es una ventaja, puesto que favorece que haya una buena relación entre las personas mayores y el tejido social de la ciudad.”

El gerente de la Unidad estratégica sociosanitaria de Mútua añadió que “la repercusión que tiene para Terrassa la apertura de las instalaciones resultará positiva, ya que ayudaremos a dar sentido a un edificio emblemático y a humanizar, a dar vida al área del Vapor Gran, que es uno de los objetivos que persigue el propio Ayuntamiento.”

Con el inminente estreno de la residencia se disipan así las dudas que un día existieron sobre el futuro del inmueble, después de que el Hotel Vapor Gran presentara concurso de acreedores en verano de 2012 acuciado por las deudas.

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