Gemma Humet ha sido una de las mejores noticias que ha tenido en los últimos años la escena musical terrassense. Heredera de una saga de artistas que ha tenido en el ya desaparecido Joan Baptista Humet a su más famoso representante, con tan sólo 27 años la joven Gemma está llamada a convertirse en una de las voces más relevantes de la escena musical catalana, si su progresión sigue así y logra todo el reconocimiento que merece.
Puede que Gemma Humet lo haya tenido más "fácil" que sus antecesores; ha tenido acceso a una sólida formación musical y sus oídos (se nota en sus conciertos y en su forma de cantar) están habituados a escuchar una riquísima selección de músicas de todo tipo, lo que la ha ayudado a forjar una solidez vocal casi inaudita para una intérprete tan joven.
Puede también que haya tenido más facilidades que otros para lanzar un primer disco en solitario enteramente personal, sin necesidad de padrinos o concesiones…
Pero no es oro todo lo que reluce ni las cosas han sido tan fáciles como aparentan. Músicos con idéntica formación y crecidos en ambientes muy musicales no siempre llegan a los niveles de excelencia que demuestra Humet en sus conciertos.
A una vis artística innata, hay que sumar una palpable y evidente carga de emoción, que es lo que la ayuda a forjar un estilo vocal propio inspirado en la músicas tradicionales, muy especialmente en el flamenco y el fado. Al final de su concierto Humet deja claro que sería una fadista espléndida.
Pero hay más. Al lado de Toti Soler y Toni Xuclà, quienes han sido especialmente sus mentores durante su meteórico asalto a la escena (y lo siguen siendo), la hemos visto tan sólo en un papel: el de una intérprete versátil y una discípula ideal, capaz de ir mucho más allá de lo que de ella se podría esperar. Ahora se ha desvelado que, además de eso, es una artista completa; compositora, autora de sus propias letras y sólida líder de formación, alcanzando en estos cometidos una nota alta.
Aún le queda mucho por recorrer a Gemma Humet, pero de momento, y así lo demostró el pasado viernes en la Nova Jazz Cava, no hay nada que ensombrezca el haber dado este paso que a priori puede antojarse como prematuro.
La complicidad que ha logrado de Pau Figueres (otro músico terrassense que va camino de convertirse en uno de los grandes), y la evidencia de que tienen muchas cosas que transmitir, son ya un caldo de cultivo más que interesan- te.
Gemma Humet ha reunido en "Si canto enrere", su delicioso disco de debut, el conjunto de canciones que desgranó y explicó a lo largo de una hora y media de concierto. Hiladas a partir de instantes, historias y recuerdos, las estrofas que ella misma ha escrito para alimentar sus melodías suponen además el reflejo de un alma inquieta, dispuesta a seguir descubriéndose con el máximo sentimiento, con la máxima entrega.
Aprovecha la artista además para introducir versiones de temas que, sin lugar a dudas, forman parte de la materia prima de su personalidad artística: la "Nova Cançó", las canciones de su tío, y algún estándar tan universal como "Alfonsina y el mar."
Y todo ello con un acompañamiento instrumental de primer orden y unos arreglos excepcionales, que dan cuenta del nivel de exigencia que tiene Humet para con su propio proyecto.
Con todas estas evidencias, que además eran palpables antes de su concierto en la Nova Jazz Cava (la sala que la ha visto crecer artísticamente) resulta absolutamente inexplicable que la audiencia no superara el medio centenar de personas, y menos cuando Gemma Humet está teniendo una excelente acogida en otros lugares. ¿Qué es lo que le pasa a Terrassa que ni siquiera es capaz de apoyar a sus propios artistas? Hagamos un examen de conciencia por favor, apoyemos la cultura, cuidemos de lo que ya tenemos y apostemos por el arte. Eso siempre será mejor que no hacer lo.
Ficha
Gemma Humet (voz), Pau Figueres (guitarra), Juan Aguiar (violín, mandolina y bouzouki), Miquel Àngel Cordero (contrabajo) y Arnau Figueres (percusión.)
Viernes, 22 de mayo.
Nova Jazz Cava.