La Associació Alba desarrolla desde el 2004 un proyecto de cooperación internacional en Burkina Faso y en breve inaugurará una empresa textil para mujeres en aquel país africano. Para celebrarlo, realizó días atrás un concierto-aperitivo en su sede, radicada en el claustro de Sant Francesc.
El proyecto, implementado con la asociación local Fah-Sitala, está concebido para promocionar la autonomía de mujeres en la población de Bobo Dioulasso y pasa por la formación de las destinatarias y la creación de talleres textiles.
El objetivo es que con esa actividad económica las beneficiarias del programa tengan la oportunidad de salir de las calles para no verse abocadas a la prostitución y, por añadidura, al sida. A menudo, la situación de dependencia funcional de las mujeres respecto de los hombres, paradigmática si se tiene en cuenta el fenómeno de los matrimonios forzados o las parejas múltiples, empuja a las víctimas a una sola salida: hacer la calle, dice la asociación. De esa forma, se perpetúa el contagio del sida, añade.
Alba, nacida en 1987 para ayudar a toxicómanos, ha llevado a cabo campañas de sensibilización y prevención del VIH en Burkina y creó una escuela de costura que tiene una media de 95 alumnas al año.
Unas veinte se titulan anualmente y, dadas las dificultades para que encuentren trabajo, Alba se planteó la constitución de una microempresa que propuso oficialmente el año pasado, que está en fase de construcción y que la entidad terrassense espera abrir a finales del 2015.
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