La Universidad Politécnica de Cataluña (UPC) y el Centro Médico Teknon-Quirónsalud han desarrollado el primer dispositivo que monitoriza las fluctuaciones motoras asociadas a la enfermedad del Parkinson, y que ayudará a mejorar la calidad de vida de los pacientes pudiendo adaptar el tratamiento.
Gracias a los informes que se generarán a partir de los datos de análisis de las fluctuaciones de los pacientes será posible ajustar con más precisión el tratamiento sintomático que tiene esta enfermedad, ya que, hasta el momento, no existe ninguna cura definitiva.
“Marcará un antes y un después para el tratamiento y diagnóstico de esta enfermedad”, ha asegurado este lunes el ingeniero en telecomunicaciones e investigador de la UPC Joan Cabestany, quien ha precisado que “ayudará al día a día de los pacientes ante la falta de una cura definitiva”.
La falta de datos continuos y precisos sobre el estado clínico de los afectados de esta enfermedad neurodegenerativa a lo largo del día era, hasta ahora, una de las principales dificultades con las que se encontraban los neurólogos para poder ajustar los medicamentos suministrados a sus pacientes.
“Su único tratamiento es sintomático, es decir, se proporciona a los pacientes medicina para combatir la falta de dopamina debido a la perdida progresiva de neuronas que generan este neurotransmisor por culpa de la enfermedad”, ha observado la doctora de la Unidad de Parkinson del Centro Médico Teknon, Àngels Bayés.
El dispositivo ‘STAT-ON’, que será comercializado por la spin-off Sense4Care, surgida de la misma UPC, es fruto de una década de investigación y consiste en un pequeño dispositivo, que incluye un sensor de movimiento, que se coloca en un cinturón especialmente diseñado para él y que permite la monitorización continua del paciente en el entorno familiar.
La enfermedad del Parkinson afecta a 30.000 personas en Cataluña y a 150.000 personas en España, y los síntomas motores del Parkinson avanzado fluctúan varias veces durante el día, en relación con las tomas de levodopa, el medicamento ingerido, que se conocen como períodos ‘on’ y ‘off’, resultado de la disponibilidad de dopamina a nivel cerebral.
El estado ‘on’ es resultado de la ingesta de medicación y es cuando la persona se siente bien, mientras que el estado ‘off’ es cuando los síntomas motores suelen manifestarse, y hasta ahora la manera de controlar estas fluctuaciones eran mediante un informe con las anotaciones diarias del propio paciente sobre su estado a lo largo del día.
El nuevo dispositivo se “adaptará a cada paciente, ya que cada persona se mueve de manera diferente”, ha aclarado Bayés, y para eso “usará datos que obtiene de la persona, aprendiendo de sus movimientos mediante técnicas de inteligencia artificial personalizando los algoritmos que emplea para registrar los movimientos”.
Con una fiabilidad de más del 80 % según los creadores, el dispositivo es autónomo, es decir, “el paciente no tiene que preocuparse por encenderlo, ni apagarlo, ni casi cargarlo -tiene una autonomía de una semana- y está sincronizado con un dispositivo móvil controlado por el doctor o enfermero del paciente”, ha descrito Cabestany.
A través de la medida de las fluctuaciones del paciente -bradicinesia, discinesia y bloqueos de la marcha, también parámetros de marcha o caídas- “se cuantificará el tiempo en ‘on’ y en ‘off’ en el que está el paciente, para poder ajustar la medicina a determinada hora, dar medicamentos complementarios, entre otros”, ha ilustrado Bayés.
Los investigadores han asegurado que este dispositivo puede llegar a “ayudar a un diagnóstico precoz de la enfermedad”, y que continúan desarrollándolo para que “pueda llegar a proporcionar medicamento al paciente cuando detecte que está en ‘off’ o aplicar técnicas para desbloquear a los pacientes”.
La comercialización del aparato será efectiva a partir del 1 de junio y se distribuirá en los centros médicos, privados y públicos, para que puedan proporcionar este servicio a sus pacientes en estado moderado o avanzado de Parkinson.