La vuelta al colegio se ha producido cuando España se ha convertido en el país de Europa más castigado por la segunda ola del COVID.
Y cuando los responsables políticos han vuelto a improvisar en una cuestión esencial. La normativa y los criterios son genéricos y se ha echado todo el peso de asuntos muy delicados encima de los padres y de los profesores. De momento, los padres con un hijo en cuarentena no pueden acogerse a una baja. No hay más fórmula que un nuevo ejercicio de responsabilidad social, eso sí, apoyado por los poderes públicos.
Y eso significa test masivos y repetidos para los profesores, más contrataciones de docentes: se calcula que hacen falta más de 40.000. El Covid nos exige gastar, nos exige endeudarnos, pero es difícil pensar en una deuda más útil que la que genera la educación.