Opinió

Se debe revertir la sanidad en Terrassa

ESTA pandemia ha puesto al descubierto muchas cosas. Entre ellas la debilidad de nuestro sistema sanitario. Sólo salvado por la capacidad de respuesta del colectivo humano. Pero los gestores públicos han sido unos incompetentes.

Además de los problemas directos, derivados del ámbito de lo público, hay que añadir el factor privado como elemento de incidencia negativa para conseguir mayor efectividad a la atención sanitaria ciudadana. Terrassa y su área de influencia (Rubí, Sant Cugat, Viladecavalls, Valldoreix, Ullastrell, Olesa de Montserrat) están en manos del emporio sanitario de Fundación Asistencial Mutua de Terrassa.

El miércoles día 10 hubo una concentración de personal de Mútua frente al Hospital. Convocaba el comité de empresa, era una reivindicación laboral. Pero también convocaban algunas entidades ciudadanas. La presidenta del comité de empresa ha recordado que su reivindicación es nuestra reivindicación centrada en la mejora del servicio de asistencia sanitaria.

Mútua es un emporio empresarial montado de forma que la prestación del servicio que debe realizar, por estar incluida en el Sistema Sanitario Integral de Utilización Pública de Catalunya (SISCAT) con concierto con el CatSalut de la Generalitat de Catalunya, para la prestación de servicios asistenciales a los usuarios de la Seguridad Social en el área de Terrassa y zona de influencia, se entrecruza con la clínica privada que realiza desde Áptima Centre Clínic MútuaTerrassa y el propio Hospital Universitari MútuaTerrassa.

Este emporio, al ser privado, y perseguir objetivos de rentabilidad financiera supone un sobrecoste para las arcas públicas que sostienen esta delegación de prestación de servicios para la ciudadanía, lo que desde el punto de vista de ética es indecente. La salud no debe ser negocio para nadie.

No es casual que en las listas de espera para la atención sanitaria en Catalunya, las generadas por Mútua sean las peores antes de la pandemia. En la fase post-pandemia será aún peor al suspenderse todos los procesos de asistencia pendientes de resolución. Situación que le favorece a la hora de desviar la asistencia pública contratada por el ICS a su parte de clínica privada.

El resultado es que las listas de espera se van a multiplicar por 2 o 3 veces el período de retardo. Desde el 14 de Marzo que entró en vigor el estado de alarma se suspendieron todos los procesos en curso de los usuarios a todos los niveles (realizar pruebas, intervenciones quirúrgicas, visitas especialistas, etc), eso quiere decir que el volumen de asistencia a resolver ya es muy elevado. Si añadimos que la afectación de la pandemia en los órganos humanos, en muchos de los contagiados, significa posibles dolencias a resolver, nos encontramos realmente ante un nuevo drama humano que puede costar nuevas vidas si no se resuelve con la celeridad que la vida exige.

Si además vemos la nula voluntad fiscalizadora del Govern de la Generalitat respecto a los gastos en sanidad, cuando Cataluña es la primera comunidad autónoma en decidir compensar la intervención de la sanidad privada. Abonará 43.000 euros por cada paciente que haya pasado o pase por una UCI, independientemente del tiempo que permanezca ingresado en ella. Cuando Lluís Monset, director general de la Asociación Catalana de Entidades de Salud Privada reconoce que el coste es de 1.000 Euros/día. La media de estancia en UCI ha sido de 21 días. Estamos hablando que por cada paciente la media sería de 21.000 euros. La Comunidad Autónoma con los precios más caros de UCI después de Catalunya es Navarra con 24.000 euros por paciente. ¿Por qué paga 43.000 Euros Quim Torra? Pague a los sanitarios un salario digno en lugar de regalarle nuestro dinero a sus amiguetes de los hospitales privados de Catalunya.

Las políticas privatizadoras de CiU y PP en Catalunya y España nos ha llevado a este caos asistencial con consecuencia de muerte evitable. El total de víctimas en Catalunya han habido 12.423 muertos, de los cuales el 54,5 % (6.781) muertos en hospitales. El 45,5% (4.851) han sido fuera de los Hospitales (en residencias, en casa y sin clasificar).

La situación generada en la asistencia sanitaria en su conjunto, donde hubo intenciones de dejar a los mayores de 80 años fuera del circuito asistencial general (ver denuncia a la consellera Alba Vergés) y dejarlos a su suerte desde las propias residencias. O lo que ha pasado en Madrid donde se repitió ese objetivo con los ancianos. Demuestra la catadura moral de los que deciden

Todo esto nos tiene que llevar a tomar conciencia de nuestra propia existencia, y ésta sólo se puede asegurar si establecemos unas reglas muy concretas que lo asuman los poderse públicos. En nuestra ciudad, la asistencia sanitaria debe ser pública al 100 %. Exijamos la reversión de Mútua en un centro hospitalario público al 100 %. No podemos permitir que nos tengan en stand-by mientras los señores de Mútua van haciendo caja. Nuestra calidad de vida y nuestra propia vida debe ser lo primero.

Exijamos órganos de fiscalización de los procesos en la gestión de la asistencia sanitaria de forma que rentabilicen los medios disponibles. Los recursos públicos deben servir para que nuestros sanitarios reciban salarios dignos acorde con su responsabilidad y su formación. Amplíen plantillas en la asistencia primaria. Amplíen servicios en los CAP. Cobertura al 100% en las prestaciones de la asistencia sanitaria. Eliminen el copago.

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