LGUIEN dijo que la cultura de un pueblo se demuestra en la forma cómo trata a sus persones mayores. Estos días extraños de dudas y confinamiento estamos viviendo una situación límite e inimaginable, y desde la regidoría de Gent Gran estamos haciendo nuestra una frase que leí hace poco: “Nadie atrás, nuestras personas mayores también vienen”. Hablamos de nuestros padres y madres, abuelos y abuelas, de personas (repito, personas) que forman parte de una generación que sufrió una guerra y, después, años de hambre, de represión y de grandes sacrificios. Hablamos de una generación que atravesó años muy duros arropando a sus hijos y nietos para que pudiéramos estudiar, para que pudiéramos vivir en un mundo que ellos y ellas esperaban que fuera mejor. Ese futuro mejor es ahora y lo disfrutamos gracias a su tenacidad.
Por eso no puedo entender que se difundiera la idea de que el coronavirus “sólo afecta a la gente mayor, la más vulnerable”. ¿Sólo? Esta afirmación me entristece y me enfada. Gracias a ellos y a ellas estamos aquí, pelearon por nuestros derechos, se lo debemos todo y, todavía hoy, muchas y muchos salen a la calle para reivindicar pensiones y una sanidad pública dignas.
Son luchadores y luchadoras, un ejemplo a seguir y merecedores de todo el respeto. Y ahora es cuando nosotros y nosotras debemos luchar por ellos. Uno de los lemas del actual equipo de gobierno en el Ayuntamiento es, precisamente, no dejar a nadie atrás. Merecen toda la atención social, médica y psicológica que haga falta, aunque estos días convivo con sentimientos de impotencia, de miedo, de angustia y de pensar que no llegaremos a todo. Pero estamos en ello, ya que trabajar con las personas mayores, además de nuestra obligación, es mi pasión y mi vocación.
La edad no es un impedimento para llevar una vida digna y activa. En Terrassa, los colectivos de personas mayores siguen dando ejemplo, con compromiso, dando valor al tiempo y a la solidaridad y promoviendo el tejido asociativo y participativo.
Muchos de nuestros y nuestras mayores ya requieren de más atención y cuidados en alguna de las 26 residencias de la ciudad. Como Ayuntamiento hemos llamado a todas las residencias e intentamos mantener un contacto casi a diario. Hablamos de casi 1.200 personas atendidas, hablamos de personas que no queremos que se queden atrás, aunque la realidad está siendo muy cruel y el maldito bicho se ha llevado ya varias vidas. Y, aunque no sea competencia municipal, tenemos claro que debemos velar por la situación en las residencias, donde nos explican sus necesidades de equipos de protección (EPI) y de personal, ya que se están dejando la piel y están sufriendo muchas bajas.
Desde el servicio de Gent Gran hemos llamado a casa de todas las personas de Terrassa mayores de 80 años para saber cómo están y qué necesitan. En algunos casos hemos podido derivar necesidades a Creu Roja o detectar problemas que hemos intentado solucionar. Reitero, para no dejar a nadie atrás. El distanciamiento físico no debe ser un distanciamiento social: muchas personas mayores viven solas, y estos días no pueden ver ni abrazar a sus hijos, a sus hijas, a sus nietos y a sus nietas. Hablad con ellos y ellas por teléfono, por videoconferencia o desde el rellano de su casa. No dejéis de hacerlo, es otra forma de protegerles.
Nos encontramos ante un reto que nos afecta a todas y a todos, ante una pandemia que se ceba en los más vulnerables, ante una triste realidad que nos recuerda épocas ya pasadas. Tanto el alcalde como el equipo de concejales vamos a una. En el caso de las personas mayores, incluso yendo personalmente a su casa a llevarles mascarillas o ayudándolas en la compra de medicamentos. Ahora toca hacerlo. Ahora es momento de mostrar el rostro más humano posible para dar apoyo a quienes más están sufriendo en esta crisis sanitaria. Actuar así sale directamente del corazón.
Durante este mandato nos habíamos marcado como objetivos prioritarios seguir reconociendo la contribución social y cultural de nuestras personas mayores, generar espacios de ciudad accesibles y favorables, y fomentar la salud y el bienestar. Seguimos pensando igual, a pesar del bicho, a pesar de la crudeza del momento, a pesar de todo. Seguimos necesitando los consejos de nuestras personas mayores, su sabiduría surcada por las arrugas del paso del tiempo, su ejemplo. Nadie atrás, nuestras personas mayores también vienen.
* La autora es regidora de Gent Gran i Salut en el Ajuntament de Terrassa