AS pensionistas de Terrassa, repartidas en diferentes tipologías y casuísticas pero con un denominador común, unas pensiones de miseria acompañadas de unos servicios asistenciales deficientes.
Hablamos de un colectivo de unas 34 mil personas, de un total de población de 218.000 habitantes, es decir, un 15,60% del total de la población terrasense, con la peculiaridad de que en este colectivo el porcentaje de necesidades es superior al resto de la ciudadanía.
Esas personas que por su avanzada edad y deficiente estado de salud, que la mayoría de los casos le afecta a la movilidad funcional y/o a su disfunción cerebral, se ven muy limitadas para atender la gestión de sus problemas.
Muchas veces, ni siquiera son conscientes de que pierden prestaciones, incrementos, ayudas económicas, por el simple hecho de desconocer que existen, ya que la administración no las concede por oficio, si el interesado no las solicita y las pierde.
Muchos y muchas pensionistas no tiene ni idea de que pueden ser beneficiarios de la Renta Garantizada si su situación personal y su pensión está por debajo de la Renta prevista para el 2019, que es de 564 Euros/mes.
Ahora está habiendo demasiadas solicitudes denegadas desde la GENTCAT para conseguir la Renta Ciudadana Garantizada. Hay que establecer servicios de esta administración municipal para ayudarles a recurrir tales injusticias.
Otras veces el cúmulo de problemas de salud que afectan al ser humano, hernias, artrosis, articulaciones, reumatismo, disfunciones neuronales, cerebrales, etc, hacen que su vida pase a ser un suplicio cada día, perdiendo totalmente su condición de calidad de vida.
Esta situación que afecta a un gran número de personas, está siendo insuficiente en nuestra ciudad por Mutua de Terrassa, con el objetivo de potenciar su clínica privada en detrimento de la asistencia pública. Toda una estrategia de degradación que los poderes públicos ignoran, o miran para otra parte.
En Catalunya un tercio de dependientes, es decir unos 73.000, tienen reconocida su dependencia pero no han recibido la ayuda económica, la atención sociosanitaria o la plaza residencial que le corresponde por ley. Desde el 2011 han muerto en Catalunya 24.751 personas esperando esa plaza o la ayuda necesaria que ya le había reconocido la Generalitat. Sobre las residencias, en nuestra ciudad hay 30 residencias geriátricas, de las cuales 29 son privadas y sólo una es pública, la de Mossen Homs. Hay una lista de espera de 1.500 personas para adquirir una plaza en una residencia, con un tiempo de espera superior a un año. Hay reivindicadas dos residencias públicas más, una en St Pere Nord y otra en Can Anglada. Es urgente poder disponer de esas plazas cuanto antes. Hay demasiadas personas dependientes que viven solas y en demasiados casos nadie se acuerda de ellas.
Los ámbitos competenciales de todos los servicios, derechos, prestaciones, etc, de las pensionistas se distribuyen entre las tres administraciones siendo la local la más cercana a la ciudadanía, por eso es esta administración la que debería velar en el día a día del pensionista.
Para tener una visión global de la problemática y por lo tanto del servicio necesario para los pensionistas se debería crear una concejalía específica DE SERVEI MUNICIPAL D’ATENCIÓ AL PENSIONISTA, por lo tanto, la actual estructura de la Concejalía de Gent Gran y del Consell Municipal de Gent Gran que agrupan a las entidades asociadas en los Casals de Gent Gran y Centres Cívics, deberían transformarse en verdaderos centros de atención a las pensionistas en todo lo que les afecta.
El eje central de este nuevo servicio debería ser atender todas aquellas cuestiones, que sean o no sean competencia directa del municipio, pero que esta administración pueda desarrollar las funciones de asesoramiento o intermediación necesarias para satisfacer la atención a las pensionistas.
Además debería asumir un papel mediador entre el municipio y las demás administraciones, con un soporte muy activo de los serveis sociales de este ajuntament. También debería hacer un trabajo de fiscalización de las residencias concertadas, donde hubiera representación de los familiares de los usuarios en el marco del asociacionismo ya existente (como las AMPAS) y que tuviera un órgano central representativo de los usuarios para coordinar las deficiencias desde el municipio hacia la Generalitat.
Habría que establecer unos protocolos de actuación con los centros sanitarios de Terrassa para intentar reducir al máximo las listas de espera en función de una gestión realmente fiscalizada, tanto por los usuarios como por los servicios de inspección del ICS.
Esta propuesta, ante la cual aún no ha habido respuesta de TOTxTERRASSA a la instancia enviada el 28 de Junio del 2019, debe ser asumida cuanto antes porque hay demasiadas personas pensionistas que su situación es desesperada.