Desde el comienzo de su explotación a gran escala, nos han venido comentando las ventajas que tienen tanto la energía eólica como la solar. El viento y el sol son fuentes de energía inagotables y de coste nulo, con lo que invertir en instalaciones capaces de generar ese tipo de energía no es extraño que fuese tentador. También era lógico que quienes habían estudiado el tema a fondo, para explotarlo, no nos contasen sus posibles desventajas, que seguro las conocían.
Siendo un lego total en la materia, hace muchos años que vengo observando en el mapa del tiempo que los frentes nubosos que proceden del noroeste de la Península se descomponen sistemáticamente al llegar al monstruoso parque eólico de la Muela , en la provincia de Zaragoza, dejándonos a buena parte de Aragón y toda Catalunya "a dos velas". La afirmación que acabo de hacer, la pueden comprobar nuestros lectores, de forma muy sencilla, poniendo en AEMET el mapa de Rain Alarm, cualquier día que nos anuncien llega uno de esos frentes. Como mucho, veremos que, de los extremos, escapan unos pequeños restos, que por el sur llegarán a Teruel, donde el aire cálido y polvoriento del norte de África nos los empuja hacia Catalunya, llegándonos más barro que lluvia.
Por el extremo norte, normalmente será ya la vertiente norte de los Pirineos la que se beneficiará, en este caso sin mezclarse con el odioso polvo sureño. Con frecuencia he comentado temas curiosos, a veces increíbles, como la lluvia de ranas, esporádica pero confirmada, con nuestro más sabio meteorólogo nacional, José Miguel Viñas, físico del aire, comunicador científico y consultor de la Organización Mundial de la Meteorología. En la actualidad está llevando a cabo la modernización del Servicio Meteorológico de México.
Si hay una persona que puede saber de la influencia de esa enorme barrera de molinos en las alteraciones climáticas es el señor Viñas. Preguntado en cierta ocasión sobre ello, dijo no poder afirmarlo, si bien hay ciertas cosas que escapan al conocimiento exacto de los investigadores.
Recientemente hemos dado con un mapa que publica la propia AEMET y en él aparecen las zonas más húmedas de toda España. Hay motivos suficientes para que quienes no creen en el perverso efecto que los miles de molinos existentes en la Muela, formando una imponente barrera, nos frenan la lluvia vean que no puede ser casual la coincidencia de la gran mancha que marca la zona lluviosa más grande de España, justo alrededor del enorme tinglado. Últimamente, técnicos cercanos a estas explotaciones han empezado a aceptar que podrían influir en el efecto calentamiento, teniendo en cuenta la obstrucción a la libre circulación del viento. Aparte de los graves efectos climáticos que producen este tipo de instalaciones, hay otros que se han minusvalorado, como son los graves efectos paisajísticos, los ruidos de las instalaciones y la muerte de gran número de aves de varias especies y principalmente de las nocturnas. Todo ello les sale gratis a los productores, gracias a la buena imagen con que nos vendieron las "renovables".
No quiero entrar en las múltiples corrupciones que ha llevado aparejado este negocio, ni los disparates municipales con obras faraónicas o con viajes pagados a todos los vecinos, del mayor nivel de lujo y distancias. No sólo la alcaldesa y familiares fueron condenados, sino hasta responsables del máximo nivel aragonés, que tras las condenas llegaron a pactos inconcebibles con la fiscalía y las empresas paganas.
Algún año, esta energía llegó a representar más del 20% de la producción total y unos 20.000 Mw instalados y, por mucho que se lamenten los interesados por haber perdido la primacía, no deja de ser España el país con mayor potencia instalada proporcionalmente, si lo comparamos con los que nos han sobrepasado (China, Alemania y Estados Unidos).
Esos monstruos que vemos a distancia nos parecen grandes pero sobrepasan nuestra imaginación. La altura de la turbina va creciendo con el tiempo y , actualmente, se instalan ya las de unos ochenta metros de altura, a los que hay que añadir el largo de las aspas o cuchillas que miden cuarenta metros.
La creencia más generalizada del público es que el viento "pasa alegremente" por entre las aspas, sin que éstas ofrezcan resistencia. Su capacidad de frenada es tal que en Estados Unidos han ido instalando grandes barreras con el objeto de frenar los huracanes en las zonas en que éstos son más frecuentes. Para no hacer demasiado extenso el artículo, dejo para otro día a la compañera, también "pacífica", energía solar.