Una de las medidas que tiene previsto llevar a cabo el nuevo equipo de gobierno, según ha puesto de manifiesto es la creación de la policía de barrio. Esta es una idea recurrente desde los años ochenta: crear un servicio de policía de proximidad que se convierta en un agente de acompañamiento de la ciudadanía terrassense, más allá incluso de las propias tareas básicas de seguridad. Una prueba piloto pretendía vestir de “bobbies” ingleses a los policías de barrio terrassenses, con su característico.
El asunto de la seguridad siempre es de compleja gestión por cuanto interviene la subjetividad como elemento esencial. Terrassa, según las cifras, no es una ciudad especialmente complicada en cuanto a la incidencia de la delincuencia, pero de forma cíclica se producen alarmas sociales que generan esa áspera sensación de inseguridad en la calle. La reiteración de robos en domicilios o tirones en las calles o hurtos en las comercios pueden afectar a esa percepción de inseguridad.
De todas formas, es probable que el de la policía de barrio no sea el tema más importante de cuantos deberá gestionar el nuevo equipo de gobierno durante esos cuatro años. En relación a la policía municipal no sólo habrá que tomar decisiones de puertas para afuera, sino también de puertas hacia adentro. La falta de efectivos en la plantilla es probablemente uno de los principales problemas. Ello afecta a toda la estructura del cuerpo en la ciudad: exceso de horas extraordinarias, recuperación de las mismas mediante festivos, rigidez horaria que impide la conciliación, disfunciones en la aplicación del convenio. En realidad, estamos hablando de algunas de las reivindicaciones del sindicato SPL-CME, al que sigue un ochenta por ciento de la escala básica, que generan desmotivación y descontento entre los agentes. El nuevo concejal responsable del ramo, Xavier Rivero, lo conoce perfectamente.
Pero hay otras cuestiones también relacionadas con la seguridad en general que no son menores. Se trata de la presencia del cuerpo de Mossos d’Esquadra en la ciudad. Terrassa está sufriendo con los Mossos los mismos problemas que tanto denunciamos cuando todavía operaba la Policía Nacional en la ciudad. La falta de efectivos provoca una presencia mínima, por no decir ridícula, de patrullas. El problema es que desde Mossos se es consciente de la situación, pero no se tienen recursos para dar una solución.