Opinió

Los llamados ayuntamientos del cambio “Guadalupe poliédrica” Crimen

Los llamados ayuntamientos del cambio prometieron también una renacionalización de los servicios municipales. Es una cuestión ideológica. La izquierda ha sido muy crítica con la gestión de los servicios públicos por parte de las entidades privadas y de las entidades de iniciativa social. ¿Necesariamente un servicio público está mejor gestionado cuando lo gestionan los funcionarios, los propios ayuntamientos? Depende. El principio de subsidiariedad, un principio muy sano para la gestión de servicios, dice que es mejor que la sociedad, y no el Estado, sea la protagonista. Un ayuntamiento puede ahorrar entre un 15% y un 25% si presta un servicio a través de una empresa o a una entidad sin ánimo de lucro.

El Papa Francisco pedía “¡Un aplauso para la nueva beata! ¡Todos juntos!”. Un aplauso para Guadalupe Ortiz de Landázuri beatificada el 18 de mayo en Madrid. Y añadía: “Sirvió con alegría a sus hermanos y hermanas compaginando la enseñanza y el anuncio del Evangelio. Su testimonio es un ejemplo para las mujeres cristianas comprometidas en actividades sociales y en la investigación científica”.

Recuerdo, estaba presenta, en la beatificación de Guadalupe Ortiz de Landázuri el Cardenal Becciu aplicó a la nueva beata la imagen de ser una mujer “poliédrica”. Con esta expresión podía destacar las múltiples facetas de su atractiva personalidad: como química, como mujer cristiana, como fiel del Opus Dei, como mujer apostólica, como enferma, y otras muchas.

Como profesional destacó en el mundo de la química, siempre apasionada por la investigación y la enseñanza, hasta los últimos días en la Clínica Universitaria de Navarra. Como mujer cristiana ha sido una mujer más apasionada aún con Jesucristo, buscándole cada día en la Eucaristía, en la oración, en el Rosario, en la familia y en la calle. En verdad Él ha sido el centro de su vida enamorada, pues procuraba hacer todo por Cristo, con Él y en Él, como una buena hija de Dios. Como fiel del Opus Dei se entregó a su vocación con una creciente fidelidad, estando disponible para las tareas apostólicas y el servicio generoso a los demás. Fue directora de la Residencia Universitaria Zurbarán desviviéndose día y noche por las residentes siempre con una sonrisa, el sello de Guadalupe.

La semana pasada supimos de la muerte de una mujer en Terrassa, víctima de un crimen machista. No podemos dar la espalda a una realidad que dïa a día nos acorrala, que es la violencia machista. El asesinato es la peor cara de la violencia contra la mujer, pero no es la única.

Mònica se ha convertido en un triste número de la estdística de las mujeres asesinadas, pero hay muchas que no aparecen en ninguna estadísica, que ni siquiera están registradas como víctimas de violencia. De hecho, de las veintiséis mujeres asesinadas en España en lo que va de año, sólo tres habían presentado alguna denuncia por malos tratos.

La violencia contra las mujeres debe interpelarnos cada día, especialmente a los hombres. Nuestra cultura, nuestra vivencia es machista. El patricarcado nos impregna, aunque creamos que no. El feminismo está muy criticado, especialmente por la crudeza de su semántica, pero se necesita de esa dureza para remover nuetra conciencia. No tenemos la culpa de ser esencialmente machistas, pero sí de no poner remedio.

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