Y a estamos en plena campaña electoral, cuyo inicio ha coincidido este año con la celebración de la Fira Modernista, convertida ya en la otra gran Festa Major de Terrassa. Empieza por tanto la campaña con un tono festivo que permitirá que muchos terrassenes puedan ver a los candidatos acercándose a sus electores en un fin de semana intenso para todos. De hecho, será difícil no encontrarse con alguna comitiva política cuando son doce los candidatos que deambularán sin descanso durante todo el fin de semana por los escenarios de la Fira.
La campaña se presenta abierta, incierta e intensa y no se prevé agria; sería un actitud inusual en el ambiente de corrección y cortesía en el que se desenvuelven los partidos en Terrassa. Ello no limita el debate e incluso la controversia en temas considerados por la práctica totalidad de los partidos como prioritarios. No se trata de condicionar las agendas de campaña, pero sí es cierto que algunos temas generan un interés por los antecedentes del mandato que acaba y en algún caso, por la urgencia que provoca en la ciudad. Son temas probablemente genéricos, que todos los partidos llevan en su programa, pero que a los que se acercan de diferente manera.
El problema de la limpieza en la ciudad ha sido una constante a lo largo del mandato, pero no sólo por las deficiencias en la recogida, sino por la gestión de los residuos. No alcanzamos los mínimos y la ecuación es clara; cuanto menos reciclemos mayor será el gasto.
La educación es otra gran cuestión. La segregación escolar ha generado un intenso y amplio debate en la ciudad y la solución no será fácil. Reparto de alumnos de centros de especial complejidad, proyectos transversales que interpelen a toda la comunidad educativa y al propio entorno de los centros, institutos escuelas. Hay múltiples propuestas para un asunto que la ciudad no puede solventar por si sola, ya que las competencias son de la Generalitat.
Se hablará, y mucho, de vivienda, de la emergencia habitacional que objetivamente vive la ciudad, de alquileres; de crecimiento demográfico; de movilidad; de sostenibilidad, del POUM, que debe dar respuesta a muchas de las preguntas que todos nos hacemos; de paro y promoción económica y de territorio, de si debemos mirar a Barcelona a a consolidar una gran comarca del Vallès que pueda condicionar decisiones en la gran capital. Pero también hay cultura, deportes, medioambiente… la ciudad es mucho y las municipales es una buena excusa para acercarnos a nuestra propia realidad.