Opinió

Imprudencia 

El juicio por el accidente de tráfico que costó la vida de Cristina en el año 2015 en la avenida del Vallès ha coincidido prácticamente con la introducción de novedades en el Código Penal que endurecen las sanciones y penas en caso de imprudencias o de fugas tras provocar un accidente. Los conductores que provocaron aquel fatídico accidente aquel 6 de junio, que dejó a dos niñas pequeñas huérfanas de madre han sido condenado a tres años de prisión cada uno, todo y que el Ministerio Fiscal sólo acusaba a uno de ellos. La acción de uno no se entiende sin la de otro y por eso, la condena ha sido a los dos, tal como solicitaba la acusación.

Es probable que si el accidente se hubiese producido hoy, las penas hubiesen sido mayores. En cualquier caso, la justicia ha actuado y lo ha hecho en el sentido que se esperaba. Toda acción tiene una consecuencia y en este caso, un día de fiesta, un divertimento al volante alentado seguramente por la deshinibición que proporciona el consumo de alcohol se convirtió en una desgracia. Esos tres años de prisión, cuando la sentencia alcance firmeza, no van a devolver la vida a Cristina, ni tampoco la indemnización que ya hicieron efectivas las compañías de los vehículos que provocaron el accidente y seguro que familiares y amigos consideran que el castigo es escaso, pero sirva el caso para ilustrar una vez más la tragedia que puede provocar un momento de inconsciencia al volante.

Sangre 

siempre hay y por eso, seguramente, no somos conscientes de la importancia que significa el gesto de donar sangre. Los llamamientos del Banc de Sang i Teixits para las donaciones son cíclicos y se repiten en épocas especialmente sensibles del año, como el verano, cuando todos olvidamos que hay que seguir donando sangre para cubrir las necesidades durante las vacaciones, pero sangre se necesita todo el año.

El llamamiento de los bomberos para realizar una donación masiva fue nuevamente un éxito. El récord de donaciones estaba situado en un total de 258 y este año se han llegado a las 269. Los bomberos han conseguido rodear su iniciativa de una aureola lúdico-solidiaria que llama a muchos terrassenses al Raval de Montserrat y a subir a la sala de plenos, convertida en un hospital de sangre. Buena iniciativa de bomberos y excelente resultado.

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