Ayer anunció Iniciativa per Catalunya la candidatura de Manuel Pérez a la alcaldía de Terrassa en las próximas elecciones municipales. Este anuncio pone de manifiesto la absoluta fragmentación de la izquierda terrassense si no se produce un improbable giro de última hora. En Terrassa en Comú existe aversión a oír que los “Comunes” se han roto; consideran que los “Comunes” son los que están en ese partido y que el resto no pueden considerarse como tales. La construcción del relato es siempre objetivable, pero lo que está claro es que en 2015 se formó un espacio político integrado por cuatro formaciones y que donde entonces hubo una candidatura hoy hay cuatro: TeC, ICV, EUiA y Podemos. Todavía hay que ver si Podemos alcanza algún acuerdo con TeC y si ICV y EUiA comparten proyecto, pero quede como quede finamente el tablero, el espacio político que nació como de los “Comunes” en 2015, no es hoy el mismo y las consecuencias de lo ocurrido durante estos cuatro años se verán a la vuelta de dos meses.
Terrassa en Comú consiguió en 2015 seis concejales y llegó a ganar dos elecciones más. Llegó a ser tal alternativa de gobierno en la ciudad que negó, al menos por dos veces, su entrada en el equipo de gobierno (sus condiciones no fueron aceptadas) y en una tercera ocasión, cuando se produjo la dimisión del alcalde Ballart, pudo incluso formar gobierno y alcanzar la alcaldía, pero rechazó el pacto con PDECat. Los protagonistas sabrán las razones que han llevado a esta disgregación y si hay posibilidades de reconducirla, porque dependiendo de los resultados, estarán obligados a a generar un lugar de encuentro.
La nueva política surgida del 15-M ha generado entusiasmo en algunos y frustración en otros. Al igual que ocurre en el bloque independentista, la fragmentación provoca una gran incógnita. Esquerra asegura que por separado conseguirán más votos, aunque hay que ver si se dice con convicción o es el argumento en que se refugia para rechazar el acuerdo con Junts per Cat. Difícilmente una propuesta fragmentada será eficaz, porque se necesita el cinco por ciento de los votos para conseguir representación municipal; entre tres mil quinientos y cinco mil votos para obtener una silla en el pleno. Hay quien habla de ciudad ingobernable, pero seguro que habrá una fórmula.