Proyecto gafe, maldito, cenizo, infortunado, desgraciado; cualquier apelativo es aplicable al IV Cinturó. El desánimo en torno a esa obra se transforma ahora en miedo debido al hundimiento de un tramo en Viladecavalls que ha hecho saltar las alarmas, no sólo por lo que pueda significar en el calendario, sino también por la seguridad del trazado. La imagen de los desperfectos que causaron las lluvias en un tramo todavía cerrado al tráfico que publicamos hoy es realmente impactante. Los técnicos están buscando la forma de reparar la vía puesto que se trata de un problema geotécnico que precisa de una solución precisa que exige garantías de seguridad. La zona es técnicamente compleja en lugares cercanos se han producido problemas de inestabilidad del suelo.
La cuestión está en saber cómo va a afectar el nuevo impedimento a las obras de construcción. El IV Cinturó, la B-40, lleva prácticamente trece años en construcción y llevamos camino de batir cualquier récord de construcción de una obra pública. Tengamos en cuenta que se trata de un tramo de poco más de seis kilómetros. No obstante, tan importante como el “ritmo” de construcción de la infraestructura, es la continuidad de la vía, todavía no resuelta y cada vez más en cuestión por la falta de acuerdo entre los municipios afectados por un eventual trazado. Ni siquiera se sabe si ayuntamientos como Terrassa y Sabadell hablan del asunto y mucho menos si lo hablan con la Generalitat, que también tiene una actitud algo tibia en ese sentido. Recordemos que el conseller Josep Rull dijo que era necesario una nueva consulta con el territorio. Tampoco se sabe qué opina el ministerio de Fomento sobre ello, por lo que estamos ante los seis kilómetros eternos y la continuación fantasma.
Precariedad
Comisiones Obreras ha hecho público un estudio que determina que tres de cada diez contratos laborales han sido de una semana o menos durante el año 2018. El estudio ofrece toda una serie de datos sobre la precarización del mercado laboral, aunque este sea quizás el más significativo. Es una muestra más de que la recuperación económica no está afectando a toda la población por igual y que el aumento de la contratación no es garantía de calidad laboral.