Opinió

Más, pero menos

El año 2018 se ha cerrado en Terrassa con 1.038 parados menos que hace exactamente doce meses. El balance ha sido positivo. Es una reducción de un 6,9% del número de personas que no tenían ocupación al finalizar diciembre de 2017. Terrassa ha sido el líder de la recuperación de los puestos de trabajo en el Vallès Occidental, generando un tercio de la ocupación durante el último año, aunque también continúa siendo la población que tiene un mayor número de inscritos en el Servei d’Ocupació de Catalunya. Hasta aquí, como siempre, los datos fríos. Cuando se habla de desempleo, cada persona que se encuentra en esta situación sabe lo que está sufriendo y la complejidad emocional y familiar que acompaña a cada caso.

Las cifras sí delatan que la euforia con la que algunos han querido dar por finiquitada la situación de crisis no es, ni mucho menos, cierta. En 2018 el paro se redujo en Terrassa, pero su descenso fue muy inferior al de 2017. En concreto al finalizar diciembre de 2017 el número de personas sin empleo en la ciudad se rebajó en 1.596. Así, aunque ha existido recuperación, ésta ha sido menor, un tercio menos que en el mismo período de tiempo de hace un año. Todo ello hace que en Terrassa haya un total de 13.978 personas, cada una de ellas con su historia detrás, que al finalizar 2018 no tenían ocupación. Es una tasa de paro registrado superior al 12 por ciento. Todavía extremadamente elevada. Además, como denuncian las fuerzas sindicales, el mercado de trabajo se ha ido transformando ganando en inestabilidad y también en una elevada rotación laboral.

Se constata una ralentización en la creación de empleo. La calidad del mismo ya ha sido cuestionada y los sindicatos arrojan otro dato demoledor: más de un 12% de personas, aunque tienen trabajo, sufren riesgo de pobreza. Terrible.

En el horizonte para este nuevo año aparecen bastantes nubarrones. La celebración de elecciones -hasta ahora anunciadas las de mayo con municipales, europeas y en varias comunidades autónomas- siempre provoca una parálisis administrativa que tiene una traducción económica. Además, la incertidumbre sobre la aprobación de los presupuestos en Catalunya y España implican una mayor dosis de interrogantes sobre el futuro, Son aspectos clave para que la recuperación del empleo siga. La economía precisa sobre todo estabilidad para que avance y no existe en la actualidad este marco a corto plazo.

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