Opinió

Abducidos

Y a está, es un hecho consumado, hemos sido presa del Black Friday, hemos sido abducidos como lo fuimos en su momento por halloween. Ya nada sería igual en nuestras vidas si no nos disfrazamos de familia Adams la noche de difuntos o no comemos castañas con la molestísima careta del payaso asesino. De la misma forma, el día después del día de acción de gracias, en el que algún día también agradeceremos la primera cosecha de los colonos ingleses que fueron a América, nosotros también nos lanzamos a una carrera desmedida por obtener una buena oferta. La locura real está en internet y sobre todo en la electrónica de consumo, pero ni los viajes se pueden sustraer a la atracción del día de los números negros.

El profesor Vinyals, titular de psicología del consumo en la Escodi, habla hoy en nuestras páginas de que la jornada de hoy no es buena para el comercio de proximidad y sí para los grandes distribuidores. Su reflexión tiene todo el sentido puesto que empezamos a no afrontar como un día extraordinario para encontrar una buena oportunidad, sino para adelantar las compras de Navidad. No se trata de que los comerciantes tengan una jornada extraordinaria de ventas en el Black Friday, sino que lo más probable es que las ventas que se lleven a cabo hoy, no se realicen para Navidad. Es una compra sustitutiva, no complementaria, por lo que el margen es menor. Y siendo eso verdad, cómo puede sustraerse el comerciante al Black Friday, porque es posible que si no se deja llevar por la corriente, esa venta no la realice ese día ni para Navidad. Ante los hechos consumados, no hay más remedio que asumir una nueva realidad y adaptarse a la nueva situación aplicando la máxima de que si no puedes con tu enemigo, únete.

Asistencia

Ayer se inauguró “La Botiga”, de Creu Roja y Gent Solidària, un sistema que para muchas familias significará dignificar mediante la elección de los alimentos que necesitan la asistencia que el Rebost lleva a cabo a las familias necesitadas de la ciudad. Existe una buena red asistencial en la ciudad y debemos sentirnos satisfechos de que no levante el pie del acelerador para mejorar su servicio, pero pensemos que sólo El Rebost atiende a más de 1.500 familias. No todos los terrassenses salen de la crisis.

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