Opinió

Grúas

La estadística municipal indica que el mercado de la vivienda se está recuperando en Terrassa. Durante 2017 se formalizaron más del doble de las licencias tramitadas durante 2016. La revitalización del sector de la construcción en la ciudad se está desarrollando con mayor lentitud que en otros municipios. La razón debemos buscarla en el elevado volumen de viviendas por vender que dejó la crisis. Nunca se han puesto de acuerdo los expertos sobre el número; hubo quien las situó en torno a las ocho mil y quien también habló de quince mil. Esos pisos han tenido que ser absorbidos por el mercado.

En cualquier caso y pese a que hay quien dice que todavía hay viviendas en estoc, las grúas vuelven paulatinamente a una ciudad que todavía puede crecer y que es destino de buena parte de la población que “huye” del precio de venta y alquiler de Barcelona y su área metropolitana. Se trata de una situación de análisis complejo. Se habla de que el precio de la vivienda en Barcelona se ha desorbitado debido a lo que se llama eufemísticamente “economía colaborativa” (Airbnb), pero si se miran las cifras (un dos por ciento del mercado) hay que buscar la clave en motivos sistémicos.

Los precios de la vivienda, tanto de venta como de alquiler suben por falta de oferta. En Barcelona, la nueva ordenanza que obliga a que un 30 por ciento de la construcción se destine a viviendas de protección oficial pretende poner freno a la escalada de precios y dotar de oferta a los sectores de la población menos favorecidos. En ese sentido, el acuerdo entre el Gobierno de Pedro Sánchez y Podemos para regular el mercado del alquiler, según se desprende del pacto de los presupuestos generales del Estado, persigue lo mismo. Los defensores del libre mercado ya han puesto el grito en el cielo, diciendo que responder con regulación a un mercado ultraregulado sólo conseguirá aumentar los precios tanto de la vivienda como del alquiler.

Se trata de un debate abierto con argumentos en un sentido o en otro. Es cierto que el problema de la vivienda no es generalizado y que se circunscribe a ciudades muy concretas, pero es asimismo cierto que se está generando una fractura social importante y que la clave, en realidad, puede estar en que el poder adquisitivo de los españoles está estancado. La economía mantiene su ritmo de crecimiento, pero la renta media se quedó hace algunos años en los 16 mil euros.

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