Las estaciones de Can Boada-La Maurina y de la denominada Puerta Sur, como el cubrimiento del trasvase de la riera del Palau pueden considerarse víctimas de la crisis económica. También lo ha sido el IV Cinturó y el tercer carril de la C-58, hasta que el pasado 8 de diciembre se instalaron los carteles anunciadores del inicio de las obras. El ministerio de Fomento incluyó la estación de Can Boada-La Maurina en el Plan de Cercanías de Barcelona 2008-2015 y en el Plan Ferroviario 2010-2015, pero no hubo suerte. Se trata de una vieja reivindicación tanto vecinal como de las autoridades locales, que la hicieron suya. Y de la misma forma, se ha reivindicado desde hace mucho tiempo la estación de la Puerta Sur.
No olvidemos que se trata de peticiones que están basadas en proyectos de crecimiento urbanístico en el oeste de la ciudad y también en el sur. En la zona de Can Boada la construcción de la nueva estación está justificada incluso sin las perspectivas de crecimiento de Les Aymerigues y Can Marcet debido al importante volumen de población de los barrios limítrofes con el trasvase de la riera del Palau, pero esas áreas de crecimiento eran determinantes para justificar su petición.
En el caso de la Puerta Sur, la nueva estación de la linea de Ferrocarrils de la Generalitat se solicitó en la zona frente al Palau de Justicia, ya en el barrio del Segle XX. Esa área, prácticamente a medio camino de la estación de la Rambla y la de Les Fonts, debía cubrir un proyecto de gran crecimiento que contemplaba la construcción de unas 1.500 viviendas sociales promovidas por la Generalitat, que no se llegaron a construir como consecuencia del estallido de la burbuja inmobiliaria. Además, existía un plan de nueva ordenación de la zona, con la construcción de una gran rotonda que distribuiría el tráfico en las entradas y salidas de las autopistas C-58 y C-16. Al mismo tiempo, debían prolongarse la rambla d’Ègara hacia el sur y conectar con Can Jofresa y Les Fonts.
Territori, el departamento que dirigía el conseller Rull hasta la aplicación del artículo 155 de la Constitución, estudiará ahora la viabilidad de esos equipamientos. Habrá que ver qué decisiones se toman cuando ahora ambas estaciones no están sujetas a planes de crecimiento tan ambiciosos como los que existían en 2008. De entre los dos, el que más posibilidades presenta es el de Can Boada-La Maurina, pero habrá que esperar el estudio de los técnicos y la decisión de los políticos cuando llegue el momento.