Opinió

El reto

Alfredo Vega es desde ayer el nuevo alcalde de Terrassa. Han sido dos semanas de una tensión desconocida en el Ayuntamiento de Terrassa, de incertidumbre y desconcierto. La falta de acuerdo ha permitido que el PSC mantenga la alcaldía pese a la grave crisis que atraviesa con la dimisión de su alcalde y la de nada menos que cinco concejales, que parece ser que seguirán en sus puestos hasta el próximo miércoles.

El intento de la alternativa liderada por Terrassa en Comú junto a Esquerra Republicana y la CUP se encontró con la negativa del Partit Demòcrata, cuya asamblea exigió al grupo municipal no investir como alcalde a Xavier Matilla si éste no incluía a la formación en el equipo de gobierno. Se acusa a PDECat de intransigencia, de la misma manera que se acusa de lo mismo a TeC. De todas formas, hay que decir que a las dos de la tarde, Matilla era alcalde; el acuerdo era total. Las instrucciones, no obstante, del partido eran inamovibles y Miquel Sàmper a las tres y media anunció a sus interlocutores que no podía contradecirlas. En la fórmula de voto de sus tres concejales quedó muy claro: “Per mandat de l’assemblea de PDCat…”El esfuerzo de Esquerra ha sido importante en esta operación finalmente frustrada.

Así, Terrassa ya tiene alcalde, que asume un reto importante, el de gobernar en clara minoría una ciudad que tiene ante sí proyectos importantes que cerrar y una gestión que afrontar. pero la responsabilidad no es sólo del PSC, sino que debe ser compartida por todos los grupos del pleno. Cuando se habla de excepcionalidad no se puede perder de vista que el Ayuntamiento se embarcó en un ambicioso plan de municipalización del servicio de suministro que se debe culminar y que interpela a la gran mayoría del pleno municipal. Es poco probable que se produzcan divergencias en ese aspecto, pero ya no se descarta una nueva prórroga en la concesión.

Hasta el final del mandato quedan dos ordenanzas y dos presupuestos que confeccionar. La diferencia de aprobarlos o no aprobarlos puede significar disponer o no de varios millones de euros. Hay que sacar a concurso la concesión de autobuses hay un plan de movilidad en marcha. Hay que gobernar una ciudad durante año y medio y por mucha excepcionalidad política que exista en Catalunya, que la hay, no se puede dar la espalda a la ciudad. La responsabilidad es ahora de todos y es necesario desbloquear el Ayuntamiento, que, recordemos, lleva paralizado desde el verano por esa misma excepcionalidad. De todas formas, parafraseando a Issac Albert, el mandato no acabará así.

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