El PSC ha dejado de existir como el partido que era hasta esta semana en Terrassa. El partido hegemónico, el que ha monopolizado la alcaldía de Terrassa desde las primeras elecciones democráticas, allá por 1979, ha saltado en mil pedazos con la dimisión de Jordi Ballart. El debilitamiento del partido no ha sido cosa de un día ni de una decisión, es la consecuencia de una descapitalización del partido que se inició cuando sus dos almas se empezaron a decir adiós, pero que se ha hecho evidente con la dimisión de Jordi Ballart, la persona que catalizaba la formación en la ciudad.
La dimisión de Ballart, siendo determinante para dejar patente la destrucción del partido, no acabó ahí, sino que a ella se unieron ayer las de cinco concejales más. Sólo quedan, por tanto, tres de los que formaron el equipo de Ballart en 2015. Será imposible que el PSC, que Alfredo Vega, el primer teniente de alcalde, el alcalde en funciones, el hombre orquesta, el extintor animado de su partido, recomponga sus filas y convenza a alguien para formar un gobierno estable hasta el año 2019. La recomposición del gobierno de la ciudad hay que buscarla en el ámbito de la izquierda terrassense.
Xavier Matilla, líder de Terrassa en Comú ha dado un paso al frente y ha reclamado para sí el protagonismo del cambio en la ciudad. Parece que Esquerra Republicana está conforme con el liderazgo de Matilla para facilitar la salida del PSC. La cuestión está en encontrar los apoyos necesarios. PDECat es la clave y CUP desde dentro de un hipotético gobierno o desde la oposición, parece dispuesta a facilitar la llegada de TeC y Esquerra al poder. Con respecto a PDECat, de lo que se trata es de darle una salida digna a Miquel Sàmper. Parece poco probable que pueda entrar en un gobierno presidido por Xavier Matilla, pero sus votos son imprescindibles y Sàmper sólo necesita salvar su dignidad personal y la de su partido para ponerlos encima de la mesa. Tendría poco sentido formar gobierno con quienes han sido su oposición en los últimos dos años y medio, pero menos sentido tendría apoyar al sucesor de Jordi Ballart, por mucho que pueda ser una persona tan políticamente solvente como Alfredo Vega. La fórmula para obtener el apoyo de PDECat es lo único que falta para definir lo que será el gobierno de Terrassa en los próximos 18 meses.