Opinió

La mayor encina fue bellota chiquitina

El pleno de octubre de 2017 pasará a la historia como el día en que Terrassa aprobó su Consell Municipal de la Infància i l’Adolescència, al menos para mí. Y en un momento tan importante me acuerdo especialmente de una frase de Rousseau que me ha acompañado siempre y que tengo aún más presente desde que estoy en política:

"La infancia tiene sus propias maneras de ver, pensar y sentir; nada hay más insensato que pretender sustituirlas por las nuestras".

Pensando en esta frase para mí tan acertada, creo que tendemos a traducirlo todo al idioma de los adultos y que además estamos convencidos de que hacemos lo correcto y es el mensaje que transmitimos a nuestra infancia. Recuerdo cómo de peque los adultos respondían a mis ideas con un idioma que no era el mío y con contrapropuestas que tenían automáticamente mayor validez, sólo por el hecho de provenir de una persona adulta. No sólo es injusto, además no es cierto.

Está claro que no sabemos escuchar a la infancia, por eso creo que una buena fórmula es la de crear espacios para propiciar la comunicación, donde niñas, niños, jóvenes y mayores aprendamos a escuchar, quizás así poco a poco vaya reduciéndose el porcentaje de personas que sólo hablan y que no escuchan.

El Consell Municipal de la Infància i l’Adolescència no es un espacio para que hagan su carta a los Reyes, es un lugar donde tendrán la bonita responsabilidad de representar a sus iguales, donde pensar en el bien común y donde entender lo que es realmente importante para todas y todos. Éste es un recurso que puede servir para enriquecer la calidad de unos dirigentes y una clase política (entre los que me incluyo) que tienen mucho que mejorar.

Que hayamos apostado por la creación de este nuevo espacio no significa que en Terrassa no se escuchara a infancia y adolescencia hasta ahora, muchísima gente escucha a pequeñas y pequeños en Terrassa y transmiten de la mejor manera sus necesidades y deseos a la administración, pero nos faltaba un elemento que los pusiera a ellas y ellos en el foco, sin filtros.

Si hay algo que tengo claro después de dos años y medio en política, es lo mucho que cuesta llevar a cabo proyectos como éste, proyectos de ciudad pensados para ayudar, para mejorar y con la intención de que perduren en el tiempo. En este caso, han sido casi dos años elaborando un reglamento que nos permitirá tener una mesa que represente a la infancia y a la adolescencia. Un espacio más para ellos y ellas, para que no piensen que no pintan nada y crezcan creyéndose importantes, porque lo son y deben tenerlo clarísimo.

Me enorgullece formar parte de un equipo político que se ha impuesto como prioridad que las opiniones y propuestas de infancia y adolescencia tengan el altavoz que no han tenido hasta ahora. Esa priorización ha propiciado un trabajo técnico inmenso que va a conseguir que exista una representación de niñas, niños y jóvenes de todos los barrios, con paridad de género, donde se incluya a infancia con necesidades especiales y también a quienes por desgracia no viven con sus familias. Un proyecto realmente potente que va a ser posible gracias a escuelas, institutos, entidades de esplai y otros agentes que están en el día a día con los protagonistas de esta historia. Aprovecho este escrito para agradecer ese trabajo inmenso que hacen todas las personas que protegen y potencian a la infancia.

Uno de mis sueños es conseguir que participar sea más fácil para infancia, adolescencia y juventud, independientemente del barrio en el que hayan nacido. Creo que éste es un pasito más y es un orgullo haber participado en él. Agradezco también el hecho de que la mayoría de los partidos haya sumado para que esto salga adelante, será porque todos tenemos a un niño dentro, sabemos que tiene muchas cosas que decir y no queremos traicionarlo.

* El autor es regidor de Comunicación  y Prensa, Servicios Sociales, Juventud  y Ocio Infantil del Ayuntamiento                de Terrassa

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