Opinió

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Y todos esperamos cuál será la afectación que la crisis provocada por el proceso independentista pueda tener en Terrassa. Isaac Albert, líder de Esquerra Republicana en Terrassa no se ha cansado de repetir que el mandato no acabaría como empezó en Terrassa, que el pacto entre socialistas y los “neoconvergentes” del PDECat no podría soportar la presión a la que se vería sometido por el “procés”. Miquel Sàmper ya adelantó esta misma semana que cada vez se hace más complicado mantener el pacto debido al inequívoco alineamiento del PSOE con el Partido Popular en su reacción conjunta al desafío independentista (quién se lo iba a decir a Pedro Sánchez).

La clave está en lo que diga el PSC y en cuál será su postura en el Senado el próximo 27 de octubre cuando se someta allí a votación la aplicación del artículo 155 de la Constitución. De todas formas, PDECat ya ha convocado una asamblea de sus bases para el próximo lunes en la que analizarán cuál debe ser la actitud de su partido en Terrassa. PDECat ha sido cauto hasta ahora. En primer lugar, el partido ha reconocido compromiso del alcalde al facilitar tanto la celebración del referéndum como el desarrollo previo de la campaña en espacios públicos. A esa deuda moral se une un motivo más prosaico, mantener una alcaldía del PSC en la tercera ciudad de Catalunya, siempre es una moneda de cambio en un escenario de negociación. Pero cada día se hace más difícil convencer a un sector de sus bases de que hay que mantener el pacto a cualquier precio.

El alcalde, Jordi Ballart, ha decidido que no hará declaraciones hasta que se lleve a cabo la sesión del Senado, momento en el que marcará su nueva hoja de ruta después de las declaraciones que realizó a Diari de Terrassa en las que advirtió que dimitiría como alcalde si el PSOE apoyaba la aplicación del 155 y siempre que el PSC no se desmarcase. De momento, el PSC dijo ayer que no estaba por la labor y que no iba a dar un cheque en blanco al PSOE. Parece que se avecina otro escenario de disenso entre PSC y PSOE.

Pero la gran cuestión está en qué ocurrirá si quiebra el pacto en Terrassa. Si Ada Colau rompe con el PSC en Barcelona tomaría cuerpo en Terrassa nuevamente la amenaza de la moción de censura apoyada por TeC, ERC y el propio PDECat para expulsar de la alcaldía a Ballart. Es curiosa la política; TeC se negó por dos veces a formar gobierno con el PSC y PDCat; es sólo una posibilidad, pero sería divertido oír la justificación de los comunes ante una eventual formación de gobierno con Miquel Sàmper. De todas formas deberemos estar atentos. Ese escenario significaría el primer paso de TeC hacia la alcaldía. Habrá que ver si en ERC, que serán un serios aspirantes, están dispuestos a ponérselo tan fácil a los comunes.

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