Tiene 27 años y una belleza natural que no pasa desapercibida. Se llama Elisabeth Escudé y este fin de semana competirá en París en un certamen de mises. Hasta aquí, la historia de esta terrassense podría parecer poco reseñable. Aunque no han sido muchas, es cierto, pero sí que en la ciudad se han dado casos de participantes en citas de belleza con algunos buenos resultados. El caso de Elisabeth es diferente y se convierte en excepcional, cuando en realidad no debería serlo. Esta joven egarense ha sido elegida para participar en Miss Sorda Internacional. Es indudable que para la mayoría de personas la celebración de este evento es totalmente desconocida. Por ese hecho, precisamente, es necesario que se organicen certámenes de estas características. El principal objetivo es visibilizar a un colectivo que sólo busca alcanzar la normalidad. Poder hacer las cosas que hace cualquier persona, ésa es una meta que sobre el papel parece de lo más accesible pero que sin duda no lo es y la organización de un concurso de belleza para sordos es la mejor prueba de que no se ha alcanzado la normalidad.
Elisabeth es una luchadora y lo evidencian las dificultades que ha debido superar para adaptarse a un mundo en el que los sordos no tienen, ni mucho menos, los apoyos necesarios para facilitar su integración completa. Este certamen internacional de belleza es un ejercicio reivindicativo para la igualdad de trato y de derechos del colectivo de personas con deficiencias auditivas. Y esta terrassense sólo pretende con su presencia en París que todo el mundo pueda ver que las personas sordas tienen la opción de participar de las mismas cosas que las oyentes. En el fondo sólo reclama la igualdad y, por lo tanto, la normalidad. Ella admite que con su participación busca romper barreras y tabúes, especialmente mentales, y también lo plantea como una decisión que genere confianza y valentía para que otras personas sordas se animen a dar el paso.
Esta joven diseñadora de joyas que trabaja desde hace casi tres años en la prestigiosa firma Tous ya se encuentra en la capital gala dispuesta a aportar su granito de arena para que el colectivo del que forma parte avance un poco más hacia la normalidad. El día que Elisabeth u otras jóvenes no puedan participar en el certamen Miss Sorda Internacional porque no se celebra es cuando podremos decir todos, con satisfacción, que las personas sordas han alcanzado la normalidad.