Opinió

Alquileres

Esquerra Republicana presenta al pleno de esta semana una propuesta para intentar controlar el aumento de los precios del alquiler. Es un tema realmente relevante del que Barcelona nos está poniendo sobre aviso. Con todo, no estaría mal saber en qué escenario nos estamos moviendo. En primer lugar, no hace mucho, la Generalitat confeccionó una guía sobre la evolución de los precios del alquiler en Catalunya, previa a la presentación del índice de referencia de alquileres con los que se pretenden, desde el Govern contribuir al freno del alza en los precios.

En aquel estudio se decía que el precio del alquiler en Catalunya había aumentado un 6,8 por ciento durante 2016. Dicho así, parece una más o menos razonable, aunque, por supuesto, por encima del IPC. ¿Pero realmente esa es la cifra real? La Generalitat dice que sí, que las fuentes que hablan de aumentos, especialmente en Barcelona, de incluso más de un 25 por ciento responden a intereses creados para poder, precisamente, justificar los aumentos de precios desmesurados. Quizás haya que buscar un término medio, porque parece que los precios en la capital catalana están alcanzando cifras desproporcionadas y eso vuelve a expulsar habitantes hacia la región metropolitana. En Terrassa ya vivimos algo parecido, en otro tiempo, pero la atención de los consumidores se centró en las viviendas de propiedad. En estos momentos probablemente no se estén dando las condiciones para que la vivienda de propiedad adquiera el protagonismo de la época de la burbuja inmobiliaria, pero el fenómeno sí puede afectar, como de hecho parece que lo está haciendo, a la vivienda de segunda mano, y sin ninguna duda a los alquileres.

La ley de la oferta y la demanda está incidiendo de forma determinante en el mercado de la vivienda de alquiler. Es cierto que en Terrassa no se da el fenómeno del turismo, factor que condiciona la nueva situación, pero si la ciudad se convierte en destino de los que no pueden asumir los precios del alquiler en la capital, de una forma u otra se dejará sentir en el mercado terrassense. Controlar esos precios, si no es poner puertas al campo, con la fórmula que propone el Govern, que tiene que ver con la propuesta que presenta Esquerra al pleno del jueves o con cualquier iniciativa imaginativa, debe ser una prioridad. Si ya es de por sí difícil el acceso a la vivienda, especialmente para los jóvenes, cómo lo será con precios prohibitivos.

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