Los médicos de primaria del Consorci Sanitari de Terrassa han decidido movilizarse contra los recortes. El comunicado emitido por los profesionales incluye claves para leer la realidad de la sanidad pública catalana y al mismo tiempo sitúa su protesta en un ámbito que va más allá de la movilización laboral para dotarla también de un perfil social.
El comité de empresa mantiene una pugna importante con el Consorci Sanitari por cuestiones de tipo laboral, también relacionadas con los recortes, pero referidas principalmente a la gestión de la empresa y a la relación empresa-trabajador. En el caso de la atención primaria, los médicos del Consorci responsabilizan directamente al Servei Català de la Salut, en esencia por la falta de medios para dar respuesta a una atención sanitaria primaria muy presionada; al margen de que es la propia Generalitat la que tutela la gestión del CST debido a su deuda histórica.
Los médicos denuncian que no se realizan nuevas contrataciones cuando se producen bajas, lo que provoca una mayor presión sobre el servicio, especialmente en primaria, que se une a las espectaculares listas de espera de los especialistas o de las pruebas diagnosticas, ámbitos, junto con las listas de espera quirúrgicas en los que con mayor intensidad nota el usuario de la sanidad pública los recortes presupuestarios.
Ocurre con las nuevas contrataciones algo parecido a lo que se da con las listas de espera quirúrgicas, que pudiera decirse que no son directamente los proveedores sanitarios los que las “gestionan”, sino la administración pública con la contratación de los servicios. Las listas de espera del Hospital de Terrassa o de Mutua de Terrassa existen en función de los encargos que les realiza la Generalitat.
El segundo aspecto del análisis del comunicado de los profesionales del CST se centra en la proyección externa que pretenden que tenga su protesta al solicitar el apoyo explícito, no sólo de los profesionales de la atención primaria del Consorci Sanitari, sino también de asociaciones vecinales, plataformas de defensa de la sanidad pública y partidos políticos en general. Los profesionales quieren hacer partícipes de su movilización también a los usuarios, a la ciudadanía en general que son los que sufren las estrecheces presupuestarias con retrasos de varias semanas para que lo visite su médico de cabecera.
