La Taula de l’Aigua, colectivo que ha sido el verdadero artífice del proceso del agua en Terrassa, ha mostrado en un comunicado elaborado junto a red Agua Pública y Aigua és vida, en el que muestra su preocupación por la disposición adicional 27 de la ley de presupuestos generales del Estado que impediría a los ayuntamientos en general y al de Terrassa en particular, subrogarse la plantilla de trabajadores de Mina en caso de decidir una gestión directa del suministro de agua en Terrassa. La Taula considera que es una maniobra del PP para evitar los procesos municipalización o, mejor dicho, de instaurar la gestión directa de los mimos que se están llevando a cabo en muchas ciudades españolas.
La situación es realmente compleja, puesto que esa disposición adicional, si se aprueban los presupuestos, como parece que va a suceder, condiciona de forma determinante la decisión que pueda tomarse en Terrassa al respecto del agua. Sin esa norma, hay todavía más preguntas que respuestas, pero con ella el futuro del servicio está absolutamente en el aire.
No olvidemos que una cosa es la decisión política, ya tomada con una amplia mayoría del pleno, de asumir la gestión directa del suministro del agua y otra que técnicamente se pueda hacer, cuestión que debe dilucidar un informe que todavía se está elaborando. En ese escenario, no se ponía en cuestión que el Ayuntamiento pudiese asumir la subrogación de los trabajadores, esto es, incorporarlos buscando la fórmula legal más adecuada, a la plantilla municipal. Por tanto, si los impedimentos técnicos y jurídicos que puedan existir ya generan dudas, el problema que incorpora la ley de presupuestos puede hacer inviable los planes del equipo de gobierno.
Habrá que ver cómo condiciona esta disposición presupuestaria al proceso. Por el momento, la única reacción ha sido la de la crítica y lo más probable es que se esté valorando cómo podría afectar. Es cierto que todavía no se han aprobado los presupuestos y que por lo tanto, la medida no está vigente, pero si por algo se está caracterizando el final de la concesión del suministro del agua en Terrassa ha sido por su lentitud. Es por ello, que el equipo de gobierno debería apresurarse, primero, a determinar su es viable la gestión directa y en caso afirmativo, si la nueva norma lo impediría y en cualquier caso, cual sería el plan B.