Opinió

Nadie gana

Artur Mas ha sido condenado a dos años de inhabilitación; Joana Ortega a un año y ocho meses y finalmente, Irene Rigau estará un año y medio sin poder ejercer cargo público. Los constitucionalistas tienen ya su sentencia, los soberanistas tienen ya a sus mártires, pero en realidad nadie gana. Ignoran los que se vanaglorian de que el estado de derecho funciona para que la pague quien la haga, pero al final qué se demuestra, qué se consigue, qué se soluciona con enquistar la situación en el yo tengo la razón, pero yo tengo el TC.

Pierde la política y con la política perdemos todos. En Madrid tienen la sensación de que con esta sentencia u otras del mismo tipo que se puedan producir van a acabar con la cuestión catalana. Siguen sin entender nada. Esto lleva, de forma inmediata, a la conclusión de que el referéndum pactado ya es imposible y alimenta la convocatoria del referéndum unilateral. Y por otro lado, que la única forma de acabar con esto es la aplicación del 155. Más polarización, más conflicto, menos diálogo. El problema es que no hay marcha atrás, imposibilidad de crear un lugar de encuentro.

Acabar con Mas no es acabar con el soberanismo, como se pretendió en su momento. es cierto que el President Mas tiene ya poco recorrido, pero el procés tiene otros actores de gran peso. La calle es uno de ellos y parece que se cuenta poco con ese factor.

Con respecto a Artur Mas, la sentencia no es su principal problema, al contrario; la inhabilitación le da vida. Su principal problema, el que le va a inhabilitar realmente para la política catalana está en el Palau de la Música y en lo que vaya a salir de allí, o mejor dicho, en lo que ya está saliendo. Quien decía que no sabía nada de las finanzas de su partido, ya asegura que todo lo que se está diciendo es mentira y que lo que se busca es perjudicarle a él y a su nuevo partido. Ese tipo de reacciones resultan familiares; propias de otros que han pasado por el mismo trago. Mas deberá tomar el camino que tomó Pujol en su momento, el del silencio si no quiere hacerse más daño a él y a su partido. Ya se pueden leer titulares en diarios y comentarios que surgen desde dentro de PDeCAT, de los que se concluye que es difícil mantener a Artur Mas como referente dentro de la formación. Es curioso que sea la CUP la que sale reforzada del Palau puesto que es la formación que le puso el cascabel al gato, la que vetó el nombramiento de Mas a cambio de estabilidad

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