Los alcaldes del Vallès Occidental han hablado: no a la fusión de los valleses. El posicionamiento es claro; el Consell Comarcal considera que no sería razonable crear una nueva administración supramunicipal o complicar la arquitectura administrativa territorial con nuevos entes además de ayuntamientos, consejos comarcales y diputaciones, además de los consorcios y la posibilidad de la creación de veguerías. Sí reconocen la posibilidad de generar sinergias que permitan a los dos territorios defender su potencialidad, que no es poca.
La fusión la puso encima de la mesa Fem Vallès, un colectivo liderado esencialmente por las patronales territoriales. La propuesta, denominada Àrea Vallès, se ha ido promoviendo por los ayuntamiento desde hace meses hasta alcanzar el plenario del Parlament. Los ayuntamientos, hasta ahora, se habían pronunciado con cierta prevención sobre el tema, tomando distancia. Cuando se habla de territorio saltan las alarmas. Terrassa y Granollers, desde un principio, se mostraron fríos y hablaron de trabajar en conjunto, aunque no desde una nueva administración.
Sabadell fue más tibio. Si hay una ciudad a la que interesa especialmente el proyecto es Sabadell puesto que su posición territorial saldría especialmente reforzada al conseguir una clara centralidad. De hecho, la patronal sabadellense, junto con Cecot, han sido los más entusiastas defensores. En cualquier caso, el posicionamiento del Consell Comarcal incluye también, por supuesto, a Sabadell.
Los alcaldes se han mostrado siempre más proclives, de hecho el presidente del Consell es un firme defensor, de generar una nueva relación con Barcelona, el gran polo de atracción sobre el que órbita buena parte de la actividad económica, social y cultural de la gran conurbación en la que se incluyen los municipios del Vallès Occidental.
El informe encargado al Institut Cerdà, el mismo que realizó el informe sobre la necesidad para la comarca del IV Cinturó, parece que caído en el olvido, describe no sólo la potencialidad de la gran área económica que conforman los dos valleses, sino que enumera los ámbitos en los que sería posible el establecimiento de una estrategia común que desarrolle ampliamente su potencialidad. Establece como prioritarios consensuar políticas de desarrollo industrial, de formación, ocupación, turismo, infraestructuras, transporte, vivienda o residuos. La potencialidad es evidente; lo importante es establecer los objetivos y trabajar en ello.