Opinió

Frío

Los medios de comunicación, quizás por exceso de celo en nuestro interés por prestar servicio a nuestros lectores contribuimos en muchas ocasiones a generar cierta alarma social en relación, especialmente, a cuestiones relacionadas con la salud o con fenómenos meteorológicos. No es necesario recordar episodios como los de la gripe A o la psicosis que se generó con algunas vacunas o con el ébola o también con previsiones meteorológicas que luego demostraron ser más benignas de lo previsto o, efectivamente, se convirtieron en sucesos de consecuencias ciertamente fuera de lo común.

En ocasiones, no se sabe bien dónde situar el punto de equilibrio entre la información de servicio y la que genera alarma innecesaria. En cualquier caso, estos días estamos asistiendo a uno de esos episodios en los que los medios de comunicación jugamos ese papel de altavoz de los llamamientos de alerta de los que realiza la administración pública. La ola de frío que ya ayer empezamos a notar está arreciando y se espera que entre hoy y mañana alcance sus cotas de mayor intensidad. El Ayuntamiento de Terrassa activó el dispositivo municipal de emergencia para atender a personas y colectivos vulnerables. Se trata de estar pendiente de familias y personas en situación de riesgo por edad avanzada, por disponer de pocos recursos, en definitiva a quienes sus condiciones de vida puedan afectar el frío hasta el punto de situarles en una posición de peligro.

El protocolo se ha activado oportunamente y es amplio y completo. El dispositivo visitará a personas en situación de pobreza, aislamiento, soledad, discapacitados, enfermos crónicos y entre ellos, especialmente, enfermos con patologías cardio-respiratorias y proporcionará cobijo a quien lo necesite y asistencia a quienes no quieran. Se puede producir cualquier incidencia imprevista, pero la reacción ha sido adecuada y acorde con la magnitud de la alerta realizada por las autoridades.

Parece ser que existen diferencias entre lo que es una ola de frío polar, la que ha traído las nieves a los Pirineos, y esta que procede del Este de Europa que si bien no produce temperaturas reales tan bajas, sí que genera una sensación térmica de intensísimo frío como consecuencia del viento. Habrá que estar alerta y desear que los dispositivos funcionen con la eficacia que se pretende. Aunque lo que sería deseable es que no hubiese nadie necesitado de ningún dispositivo de emergencia por frío.

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