El campeonato del mundo de ajedrez acabó hace pocos días en Nueva York, pero en Terrassa se juega una partida que lleva camino cuatro años. La aritmética del pleno provoca que cada decisión por nimia que pueda parecer necesite de acuerdo y negociación. Las ordenanzas fiscales y los presupuestos son las cuestiones de mayor importancia que cada curso político deben encontrar el consenso suficiente para salir adelante.
En cuanto a las ordenanzas, están inicialmente aprobadas tras una ardua negociación que contó con el apoyo de TeC y Esquerra Republicana. Esa aprobación inicial permite pensar que el primer escollo está salvado, pero no tiene por qué ser así.
El equipo de gobierno ha anunciado que retrasa a la segunda quince de enero el pleno de presupuestos, aunque estaba previsto para dentro de dos semanas. En la misma jornada se debía confirmar la aprobación de las ordenanzas y posteriormente discutir y votar los presupuestos. El desplazamiento de los presupuestos a enero, además de permitir al equipo de gobierno tener más certezas sobre cuestiones como la regla de gasto, las inversiones financieramente sostenibles o la participación en los ingresos del Estado, permite, de alguna manera, separar la aprobación de las ordenanzas fiscales de la votación de los presupuestos; es decir, desvincular la negociación de ambos asuntos.
La oposición de izquierdas, con la que se ha entendido el equipo de gobierno en las ordenanzas fiscales, acusa al ejecutivo local de mantener una negociación a dos bandas en la que adquiere un protagonismo especial Ciudadanos, partido liderado por Javier González. La posibilidad de que un acuerdo con Ciudadanos pueda puentear su presión, no gusta en absoluto a la izquierda. El teniente de alcalde Alfredo Vega, encargado de sacar adelante los presupuestos, asegura que no existe ninguna predisposición de partida, aunque no esconde que su gobierno se sentiría más cómodo manteniendo en los presupuestos el acuerdo alcanzado con la izquierda en las ordenanzas.
Por tanto, la partida sigue adelante. No sólo no se sabrá nada de los presupuestos hasta enero, sino que hay que acabar de aprobar las ordenanzas. No se prevén sorpresas puesto que parece que el acuerdo sobre los impuestos era firme, pero los últimos acontecimientos hacen que se mire la posición de Esquerra Republicana con cierta expectación. Sus acuerdos con TeC puede que ya no sean tan habituales.