Opinió

Sí, pero

El Ayuntamiento debe invertir 300 mil euros en TMESA, la concesionaria del servicio de transporte público en Terrassa. La prórroga de la concesión que se estableció en su momento obliga a que este tipo de inversiones deban ser aprobadas por el plenario. Se trata de inyectar capital para llevar a cabo unas obras de mantenimiento y reponer maquinaria necesaria para el día a día de la empresa. La respuesta de los partidos de la oposición a la proposición del equipo de gobierno ha sido, aunque con matices, prácticamente unánime: un sí crítico a la inversión, porque es necesario para el buen funcionamiento de la empresa, pero una reprobación al equipo de gobierno por considerar que se trata de actuaciones que se podían haber previsto sin necesidad de modificar el presupuesto municipal para ello.

La verdad es que cada vez que surgen los autobuses en el orden del día de alguna comisión parece inevitable que se crucen miradas. En este caso, la aportación municipal es imprescindible, pero veamos en que se tiene que gastar: pavimentación de naves y aparcamiento para evitar filtraciones de hidrocarburos; un puente de lavado por la amortización del que existe; otra máquina para contar la recaudación diaria; compra de recambios para los autobuses; material informático y otras pequeñas inversiones que suman los 300 mil euros que debe aportar el Ayuntamiento. La queja de la oposición es que se trata de cuestiones cuya necesidad no se ha dado de un día para otro, sino que era fácilmente previsible y que probablemente si se hubiese pautado la inversión, el desembolso no hubiese tenido que ser tan grande y, sobre todo, no se hubiese tenido que aprobar en el pleno una modificación del presupuesto.

Esta situación se une a otras decisiones que se han tenido que tomar, cuyo fondo no se discute, pero que quizás han venido motivada por un concurso fallido cuyas consecuencias se han hecho notar con el deterioro de la flota o la necesidad de tener que comprar vehículos de segunda mano para rebajar la media de edad de los autobuses. O la propia prórroga a la actual concesionaria, sobre cuyo servicio hay que reconocer que no presenta más queja que el estado de los vehículos. En cualquier caso, la inversión que ahora se va a aprobar está plenamente justificada, pero el equipo de gobierno debe aceptar el sí crítico unánime de la oposición.

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