Miquel Iceta ha ganado las primarias del PSC. Para los socialistas catalanes, la mejor noticia, al margen de cualquier resultado que se hubiese podido producir, es que no ha habido sangre. La debilidad del partido no daba cabida a una situación “guerracivilista” también en Catalunya. El proceso se ha desarrollado con tal exquisitez de formas que incluso hay quien ha apuntado hacia la posibilidad de un arreglo amistoso. En realidad, las diferencias en el discurso político han sido de tan escaso alcance que no ha habido lugar ni para una pequeña disensión. Sea como fuere, Iceta, que no iba a participar en unas primarias sin garantías de éxito, mantiene su condición de primer secretario y sitúa a un grupo de dirigentes jóvenes en una posición sólida de alternativa. Núria Parlón, por tanto, se ha situado ya al frente de la parrilla de salida en una posible carrera por la sucesión.
Y con lo primero que se encuentra Iceta es con una situación de crisis profundísima en el POSE que puede convertirse en el principio de un proceso de reconsideración de las relaciones entre las dos formaciones. A veces olvidan, especialmente en Andalucía que el PSC es un partido independiente, que orgánicamente no forma parte del PSOE. De hecho, no es la primera vez que el PSC se desmarca en el congreso de los Diputados en una votación. El posicionamiento de Iceta ha sido claro desde el principio. Ayer, sin ir más lejos fue tajante: “Entre un gobierno de Rajoy y terceras elecciones, terceras elecciones”. Difícilmente se podría entender en Catalunya una postura diferente. Otra cosa será cómo se restañe la herida si finalmente tiene que votar diferente, como parece que va a pasar. Los socialistas andaluces tienen una intencionalidad muy clara con su postura y el PSC lo mismo. La del PSC hay que leerla, por supuesto, en clave catalana.
Con el segundo asunto que se ha encontrado el renovado Primer Secretario, ha sido con la propuesta del PP en Badalona, que ha considerado como una trampa de García Albiol. El dirigente popular le ha ofrecido su ayuda para que un alcalde del PSC sustituya a Dolors Sabater. si en Terrassa con nueve concejales y la ayuda de Convergència, el equipo de gobierno está sometido a un presión importante, qué puede ser de un alcalde con cuatro concejales de su partido tras una moción de censura con los votos del PP. Iceta no ha caído. Pero ambas cuestiones son una anécdota en comparación con el trabajo que va a significar devolver al PSC a una posición de relevancia en Catalunya.