Empieza a espesarse el culebrón de la liquidación del servicio de suministro de agua en Terrassa. No hace muchos días llamábamos la atención sobre la necesidad de afrontar con naturalidad el proceso, en un sentido o en otro y seguimos en esa tesitura. El Ayuntamiento ha tomado la decisión de llevar a cabo la liquidación y proceder a prorrogar el servicio de Mina de forma forzosa durante seis meses. Es una decisión soberana amparada en normativa específica.
Mina ha presentado alegaciones contra esa decisión porque sus criterios, desde una perspectiva estrictamente jurídica, son opuestos. No hay más. Se trata del procedimiento administrativo: alegaciones contra una acción de la Administración, resolución de las alegaciones, recurso potestativo de reposición, que debe resolver nuevamente el propio Ayuntamiento y sobre el que existen pocas posibilidades de que en un mes se cambie de opinión y/o contencioso final. Este procedimiento se lleva a cabo ante cualquier decisión de la Administración pública, desde una sanción del carácter que sea a una expropiación o las decisiones que se puedan tomar en torno a una concesión o a la liquidación de la misma, como es el caso.
El asunto, lejos de una pequeña guerra civil local debe servirnos para conocer las interioridades de este tipo de procesos, complejos en todos los sentidos. En este caso, las peculiaridades, desde el punto de vista de los criterios y de la técnica jurídica, revisten un extraordinario interés. Es ahora cuando los grandes temas aparecen encima de la mesa: la liquidación, la reversión y la titularidad del servicio, que Mina cuestiona desde el principio. Los posicionamientos de ambas partes tienen sus luces y sus sombras, sus argumentaciones con sólidos fundamentos jurídicos y los que aparentan una cierta debilidad. Será interesante ver, después de este agitado proceso, cómo ser resuelve todo.
Como interesante será comprobar la decisión final sobre el modelo de gestión, porque a estas alturas y aunque pueda parecer un contrasentido, no hay nada en claro. Los partidos, no todos, se han posicionado, con una amplia mayoría, ubicada en la izquierda, que apuesta por una gestión municipal; el propio alcalde ha apostado abierta y firmemente por la gestión pública en sus últimas manifestaciones. El procedimiento de designación de ese modelo es complejo con diversas comisiones que deben llevar a cabo sus informes para después elevarla al pleno. Seguimos, no obstante, intrigados con el proceso participativo.