La diada de Sant Fèlix en Vilafranca del Penedés volvió a demostrar que la actividad castellera está más viva que nunca con una exhibición histórica con una lluvia de castells de gama extra. Aunque ya hay quien duda de que pueda repetirse una jornada como la que se vivió ayer en la "plaça més castellera" no cabe duda de que estamos asistiendo a una época de extraordinario valor que fortalece, y de qué manera, una manifestación cultural que parece no tener límite.
En los límites precisamente está el desafío y se desdibuja la linea que separa el reto individual de cada colla contra si misma y en la competencia innegable que se establece con el resto de grupos. En los dos argumentos se puede fundamentar la explicación de lo que ayer se vio en Vilafranca; en el propio espíritu de superación y en las ganas de superar al otro. Y aquí no hay trampa ni cartón; la plaza decide.
Ante una jornada como la de ayer y aun a riesgo de reiterar la idea en exceso no podemos más que valorar una vez más lo que Minyons de Terrassa supone en torno al mundo de los castells. La actuación de ayer de Minyons fue excepcional a la altura de un Sant Fèlix histórico con un tres de deu carregat, un cinc de nou y un dos de nou descarregats para acabar con un honesto pilar de set. Qué más se puede pedir en día laborable, lejos de casa y después de la borrachera de castells que supuso la temporada de 2015, que nuevamente rompió los esquemas tanto de la colla terrassense como de los grupos del área geográfica tradicional. Sobrevivir a si mismos y a este nivel sólo es posible en un colectivo extraordinariamente sólido.
Habrá que ver qué nos depara ahora la diada de la Mercè en Barcelona, cerca de Terrassa, en fin de semana y con una colla evidente y justificadamente motivada.
Trago
Mariano Rajoy pasará hoy por el trago de ver rechazada su candidatura a la presidencia del Gobierno en el Congreso de los diputados. Es un peaje que tiene asumido. La cuestión no está tanto en el resultado de este debate de investidura, sino en la decisión posterior del PSOE, mediatizada por una pugna interna que tiene toda la pinta de que va a ir más allá de un mero debate estratégico.