Esta semana, el Consell Comarcal del Vallès Occidental ha presentado un nuevo y ambicioso código ético. En su proceso por intentar regenerar su maltrecha imagen este ejercicio en favor de la transparencia debe ponerse en valor. No es el momento de mezclar conceptos y entrar a debatir sobre para qué sirve realmente el Consell Comarcal, si es necesario o por el contrario es un engranaje más de la siempre discutida administración pública. Pero, una vez apartado este aspecto, que sin duda alguna genera de por sí polémica, el Consell Comarcal del Vallès Occidental continúa en la senda adecuada para ir despejando todos los fantasmas que le han rodeado en los últimos años.
Sus organismos asociados, véase Consorci de Residus y Consorci de Turisme, forman parte de varias piezas separadas del caso Mercurio por malversación de caudales públicos. El nivel de deterioro institucional alcanzó su máximo grado cuando se destaparon estos escándalos.
Como no podía ser de otra forma, el Consell Comarcal del Vallès Occidental se ha visto obligado a abrir las puertas de par en par para intentar dejar entrar toda la luz del mundo. La llegada de un nuevo equipo de gobierno surgido de las últimas elecciones fue el primer paso en este camino expiatorio. El segundo fue la puesta en marcha de una necesaria comisión de transparencia que ha dado sus frutos con este nuevo código ético que va más allá de lo establecido por la Ley de Transparencia. Era necesario dar un paso así para demostrar que algo está cambiando.
El código, de por sí, resulta intachable. Se determina que cualquier persona relacionada con el Consell Comarcal dejará su cargo en el momento en que se abra juicio oral contra ella. Se recomienda no estar más de dos mandatos en este organismo; la publicación de la declaración de bienes durante el mandato y dos años después de dejar el cargo, así como nuevos criterios en las contrataciones. Éstos son algunos de los aspectos más llamativos de esta nueva herramienta. Todos ellos enfocados a conseguir que el Consell Comarcal se rija con una ética irreprochable. Las dudas se plantean ante cómo se aplicará esta herramienta y quién la aplicará ya que en este organismo no se ha producido lógicamente una renovación absoluta de todas las personas que están vinculadas a él. Para el Consell Comarcal del Vallès Occidental la puesta en marcha de este código es su última oportunidad. Cualquier nuevo escándalo será, sin duda, el certificado de defunción de esta institución.