Opinió

Al límite 

El terrassense Josep Rull, conseller de Territori i Sostenibilitat de la Generalitat, dio ayer un nuevo paso en el pulso que mantiene con el gestor de infraestructuras Adif para mejorar el funcionamiento de Rodalies y Regionals. Visibilizó el tremendo y prolongado malestar que existe en la mayor parte de poblaciones que deben soportar un día sí y otro también los retrasos y los innumerables incidentes que rodean este servicio. Rull y las entidades municipalistas catalanas (la Associació Catalana de Municipis y la Federació de Municipis de Catalunya), es decir todo el espectro político en este ámbito, han hecho frente común. Fue a través de un manifiesto en el que se reclama realizar las inversiones prometidas para la mejora de Rodalies. Este manifiesto se traducirá en una moción para que todos los ayuntamientos la suscriban.

Rull, que ha hecho de la pugna con Adif prácticamente una cuestión personal -ya lo advirtió el mismo día que fue nombrado conseller-, sigue cargándose de razones políticas para avanzar hasta el último y definitivo paso de este conflicto: su judicialización. Primero fueron las denuncias públicas; posteriormente, los encuentros con Fomento y Adif. Después fue la reclamación del traspaso del servicio (aunque dependía lógicamente del necesario presupuesto). Ahora esgrime un nuevo respaldo político: el del municipalismo. En paralelo ya ha realizado un requerimiento. Todos estos pasos acabarán desembocando en un contencioso en los tribunales. La desesperación es máxima en la clase política, pero sobre todo en cada una de las personas que sufren día tras día el uso de un servicio que se ha deteriorado hasta extremos insospechados. Éste parece el último tren político para solventar esta tremenda vergüenza.

Solución

Desde este modesto espacio nos felicitamos por la decisión de iniciar la limpieza de uno de los solares situados en Can Roca y del que salían unas arañas-lobo o falsa tarántula que habían provocado la preocupación y posterior recogida de firmas por parte de los vecinos para buscar una solución. Ayer, después de haber destapado el sábado la historia en Diari de Ter-rassa, dos semanas después de que los vecinos presentasen una instancia en el Ayuntamiento, empezó la labor de limpieza. Aplaudimos la celeridad.

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