Opinió

Idea

El pleno municipal del jueves dejó claras las posiciones o al menos más claras en torno a la liquidación de la concesión del suministro de agua en la ciudad. Es curioso comprobar la evolución que está teniendo el escenario del final de la concesión: una idea que parecía inicialmente descabellada como la municipalización del servicio, incluso cualquier otra alternativa que no fuese la continuidad de Mina d’Aigües de Terrassa al frente del suministro, ha ido haciendo fortuna, especialmente entre la clase política con representación municipal.

Terrassa en Comú y Esquerra Republicana abrazaron las tesis de la Taula de l’Aigua al igual que la CUP, con quien ya se contaba. El PSC ha ido conformando su opinión con el paso de los meses, especialmente como consecuencia del deterioro de su relación con Mina y de paso para dejarse ver junto a los partidos de izquierda. Habría que analizar cuánto ha pesado en el proceso de cambio en el PSC la actitud de Mina, tan criticada estos días y cuanto la necesidad de marcar perfil.

Ciutadans es el que ha mostrado desde el principio una posición más nítida al respecto. Considera el partido de Javier González que el Ayuntamiento no está preparado para asumir una responsabilidad tan importante y por eso prefiere apostar por la gestión indirecta a través de una concesión. El PP, en su linea de prudencia, quiere más información, pero siempre ha dejado entrever su desconfianza sobre la gestión pública.

La incógnita, como en otros aspectos de su gestión en el equipo de gobierno proviene de Convergència. Sin entrar a valorar la confusión en el pleno del portavoz de CiU en torno al informe del proceso de liquidación, su posición es imprecisa e indecisa, pero un día u otro tendrá que decir qué quiere para el agua de Terrassa, si una gestión pública o una gestión privada.

El gran activo de la Taula del Aigüa es que ha situado el debate donde debe estar, en el plano político, donde está la capacidad de decisión. El colectivo ha conseguido que lo improbable se convierta en posible. La vertiente ciudadana ya vendrás si es necesario. En estos momentos el debate no está en la calle, el servicio es bueno y pocos ciudadanos se van a movilizar mientras los grifos fluyan. De todas formas, no se descarta que el debate salga a la calle, máxime si se da el visto bueno al proceso participativo, cosa que conoceremos la semana que viene. Por si acaso, Mina está preparando una campaña informativa en los centros cívicos.

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