El abandono indiscriminado de trastos viejos, muebles, colchones y electrodomésticos usados en el entorno de las baterías de contenedores de residuos se está convirtiendo en un mal endémico en la ciudad. Una parte no menor de la imagen negativa que en Terrassa se tiene del servicio de limpieza corresponde a este fenómeno en el que se entremezcla la falta de civismo y también la desinformación. No es la primera vez que nos hacemos eco de esta circunstancia y que reiteramos la excelente respuesta de Eco-Equip ante el requerimiento vecinal para la retirada de este tipo de residuos voluminosos.
La prueba de que hay algo que no funciona la tenemos en el hecho de que sólo el cuatro por ciento de el volumen de lo que recoge Eco-Equip corresponde a avisos programados del servicio de retirada de trastos y muebles viejos. Esto genera, tal como dicen los responsables, la imposibilidad de generar dinámicas organizativas de optimización de los recursos.
Por otra parte, este no es el único problema de la recogida de la basura en Terrassa. La ciudad ofrece una imagen negativa porque el servicio no está bien dimensionado, existen carencias y también una falta de conciencia entre la ciudadanía. Una muestra clara de lo que ocurre lo ofreció la campaña de las entidades vecinales en las redes sociales, en las que se colgaban fotografías de focos de suciedad. La casuística es inabarcable.
Por otra parte, resulta curioso el análisis sobre las razones por las que ha aumentado de forma tan considerable la presencia de trastos viejos en la calle. Los argumentos son diversos, algunos de carácter positivo y otros no tanto. Uno puede ser la incipiente salida de la crisis, que permite a las familias renovar muebles y electrodomésticos. Un argumento no tan positivo se refiere precisamente a lo contrario, a los efectos de la crisis económica que todavía sufren un elevado número terrassenses; se produce una gran movilidad de familias por desahucios o por cambios de domicilios forzados por la imposibilidad de hacer frente a los alquileres. El tercer argumento, quizás el más frívolo y se refiere a la proximidad de una gran tienda como Ikea, que permite renovar mobiliario con cierta facilidad.
En cualquier caso, vale la pena que conozcamos que el servicio de recogida de tratos viejos de Eco-Equip existe, que funciona bien y que es una buena herramienta que contribuye a una mejor convivencia.