El esponjamiento de Ca N’Anglada, la operación urbanística que debe derruir un total de nueve edificios en su zona norte mantiene su ritmo sin prisa, pero sin pausa. El proceso está siendo lento, pero inexorable y hay que destacar una vez más la labor que están realizando los técnico municipales de diversas áreas junto a los del Incasol, en un ejemplo de simbiosis entre administraciones que está haciendo que el esponjamiento sea un éxito debido a la extraordinaria complejidad legal, económica y social de la gran mayoría de los casos. Se está interviniendo en las relaciones con los bancos hasta el punto de haber conseguido condonaciones por valor de 700 mil euros; la actuación de los técnicos afecta incluso a herencias. En ese sentido, en algún caso incluso se ha tenido que echar mano del derecho internacional para solventar problemas de sucesiones de ciudadanos marroquíes. En definitiva, a través de una actuación quirúrgica se está buscando una solución personalizada para el realojamiento de todos y cada uno de los afectados en función de su situación personal y sus preferencias individuales.
La gestión está siendo modélica, pero los vecinos no lo ven igual porque entienden que es necesaria mayor celeridad. Las condiciones de vida de algunos de ellos están siendo francamente difíciles. La salubridad de las viviendas está en entredicho y en algunos casos incluso la seguridad debido al deterioro evidente de los inmuebles, plasmado en las fotografía que acompañan al reportaje que sobre este asunto publicamos en nuestra edición de hoy. La imagen del edificio sin techo es especialmente ilustrativa de cuál es la situación.
En cualquier caso, debemos abogar porque se mantenga el ritmo o incluso se acelere en la medida de los posible, pero especialmente en que las administraciones intervinientes mantengan su sensibilidad en el aspecto presupuestario para que los realojos se lleven a cabo sin pausa y se pueda proceder al derrumbe de los edificios que restan.
Con todo, no olvidemos que este esponjamiento era la parte urbanística de una actuación mucho más ambiciosa y transversal sobre Ca N’Anglada, que tiene su origen en los sucesos que todos recordamos . La intervención urbanística se está llevando a cabo diecisiete años después, pero la situación social difiere en poco de la que generó los incidentes; es más, incluso podría decirse que la crisis económica la ha empeorado.