Opinió

Alerta

Son muchos los indicadores que hablan de un repute de la economía, de una mejora sustancial. Se habla de una tasa de crecimiento importante que si el ministro en funciones Luis de Guindos tiene razón, se situará en un tres por ciento con un gobierno estable que resulte de las elecciones del 26 J. De la misma forma, recibimos toda una serie de ímputs negativos que dibujan un escenario complejo en una sociedad resquebrajada en la que muchas veces, ni tan siquiera el empleo es garantía de no estar en el lado oscuro. Hasta ese punto ha llegado el grado de precarización del empleo, su pérdida inexorable de calidad con la búsqueda de la competitividad como cínica excusa.

Ayer mismo se publicaba que el 28,6 por ciento de los españoles está en riesgo de pobreza o exclusión social; el sábado este mismo diario se hacía eco de las cifras facilitadas por El Rebost, que atiende mensualmente con una bolsa de comida para garantizar las necesidades mínimas de nutrición a 7.200 personas, el doble de las que atendía en el año 2011, cuando nació.

Los responsables de El Rebost alertan de que las personas que necesitan ayuda alimentaria en Terrassa no disminuyen y que se encuentran con la paradoja, como comentábamos anteriormente, de que incluso algunos usuarios del servicio se encuentra en la obligación de seguir acudiendo a buscar comida pese a haber encontrado un empleo.

Existe una emergencia alimentaria todavía vigente, como existe una emergencia energética y también en relación con la vivienda. La PAH ha presentado al Ayuntamiento un decálogo sobre las actuaciones que se deben llevar a cabo para dar respuesta a las necesidades habitacionales de un elevadísimo número de terrassenses.

No existen brotes verdes en determinados segmentos de la ciudadanía. La fractura social es evidente y todo parece indicar que ha venido para quedarse. Se hace difícil pensar cómo el mercado de trabajo, en las circunstancias en las que está va a resituar a un volumen tan importante de personas, muchas de las cuales han perdido el tren del empleo por circunstancias muy diversas.

No parece que las cifras de crecimiento vayan a servir de paraguas a los desheredados de la crisis económica, máxime si como dicen algunos economistas es cierto que se producirá una nueva recesión en 2017. Lo realmente sorprendente de la economía es que o no se prevén las catástrofes o cuando se prevén no se hace nada para remediarlas.

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