Opinió

Creer

Los alcaldes de la comarca anunciaron ayer el inicio de una experiencia de colaboración entre los ayuntamientos que componen el Consell Comarcal para promover la reindustrialización. La iniciativa, como de otras tales como los pactos locales y comarcales por el empleo, presenta sus incógnitas a efectos prácticos debido a lo limitado en la capacidad de acción de los municipios. La reindustrialización, en lineas generales, es un proceso complejo que necesita de políticas generales amplias y de largo recorrido, además de las iniciativas, también necesarias, que puedan llevar a cabo los ayuntamientos. La reindustrialización no puede plantearse sin la colaboración de administraciones supramunicipales, autonómicas y por supuesto estatales, pero es bien cierto que tampoco se puede olvidar la capacidad de actuación de los ayuntamientos en cuestiones concretas, como puede ser el establecimiento de las condiciones que haga atractivo el territorio a las empresas.

Con todo, el valor de la decisión de los ayuntamientos del Vallès Occidental debe recibirse más allá de la iniciativa misma. Es decir, el Consell Comarcal del Vallès Occidental es un territorio francamente complejo por la cercanía de una ciudad como Barcelona, por acoger a dos de las ciudades más grandes de Catalunya como son Sabadell y Terrassa y por tener municipios que están más cerca en cuanto a intereses particulares del Àrea Metropolitana que de su propia comarca natural.

Reconozcamos que el Vallès Occidental, por esta y por otras razones, no ha “ejercido” como comarca, precisamente porque su heterogeneidad ha hecho que los intereses particulares sean poco coincidentes. No olvidemos, por ejemplo, que Terrassa ha intentado históricamente tener una comarca propia. La experiencia nos ha demostrado que siempre ha sido difícil consensuar acuerdos y ser eficaces cuando se han conseguido.

En todo caso, el valor, decíamos, de esta iniciativa reindustrializadora común está precisamente en generar iniciativas comarcales y que éstas se lleven realmente a cabo; ampliar la actividad del Consell y especialmente de sus alcaldes más allá del Consorci de Residus, el turismo, las gestión de las becas de comedor o el transporte escolar. Si realmente nos creemos nuestra comarca, tenemos que “ejercer”. La convicción se demostrará en el desarrollo de un nuevo escenario. Por cierto, atención al liderazgo que empieza a mostrar Mercè Conesa, más como alcaldesa de Sant Cugat que como presidenta de la Diputación; o ambas cosas.

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