Hay temas cíclicos que cuando parecen superados o en un letargo más o menos definitivo vuelven a la primera linea de la actualidad. Resulta que el párroco ha decidido aceptar la oferta realizada por una compañía de telefonía para instalar una antena en el recinto eclesial. Y claro, hay en el barrio a quien no le ha sentado nada bien la iniciativa del sacerdote, con la que intentará equilibrar las maltrechas cuentas de la parroquia. Si partimos de la base de que el barrio ha conseguido evitar en los últimos años la instalación de varias antenas, las cuáles, como la del párroco, tenían todos sus permisos, no cabe duda de que habrá polémica en Les Arenes. Quizás no se lleguen a situaciones como la vieja película de “Don Camilo”, pero no va a ser un tema pacífico.
El debate sobre las antenas, pese a desaparecer de escena nunca se ha cerrado. Los estudios no se ponen de acuerdo sobre su inocuidad. Hay quien considera que la antenas de telefonía móvil son inócuas, quien asegura todo lo contrario y quien se sitúa en un punto intermedio en el que las antenas aún no siendo del todo inocuas, no son comprables, por ejemplo a los rayos X, ionizantes y capaces de dañar las células debido a lo elevado de su frecuencia. En todo caso, siempre se tiene muy a mano el argumento de que si son inocuas por qué se establecen protocolos de protección a las personas que deben trabajar en sus inmediaciones o que si no existe ningún estudio científico que acredite las teorías sobre su peligrosidad, tampoco existe ninguno que las exima de ello.
De todas formas, es curiosa la situación, seguramente propia de un momento de tal dificultad económica que un cura. Tiene que considerar la instalación de una antena de telefonía móvil porque no le salen las cuentas. Es bien cierto que, en ocasiones, la realidad supera a la ficción. El valor simbólico de la antena de Les Arenes es excepcional como también lo es la paradoja que se genera. El barrio se ha mantenido en guardia contra las antenas de telefonía móvil y ha conseguido en diversas ocasiones evitar la instalación y ahora, con la iglesia se ha topado.
Habrá que ver cómo se desarrollan los acontecimientos. La antena de la iglesia tiene todos los permisos en regla para su instalación, pero los vecinos ya han solicitado información al Ayuntamiento e intentan obtener información sobre la normativa de instalación de este tipo de dispositivos. Para encontrar alguna grieta por la que puedan cuestionar la dichosa antena.