Los atentados de ayer en Bélgica, como los que se produjeron hace unos meses en París, como los que se produjeron hace algunos años en Madrid tienen una significación que va mucho más allá del ataque terrorista puntual. El ISIS está atacando a Europa, a Europa por lo que es como referente de Occidente al margen de que sea el paradigma de la democracia, de la tolerancia, de la sociedad del bienestar, de la libertad y de la libertad religiosa. El ISIS presiona a Europa presionando a los refugiados y con ataques directos y lo hace porque Europa es débil y pretende así evidenciar su debilidad.
La prueba la tuvimos en los atentados de París y la respuesta individual de Francia y con toda probabilidad la volveremos a tener tras los atentados de ayer en Bruselas. No fueron ataques a Madrid, París o en este caso a Bruselas, sino a Europa como símbolo. No está habiendo un respuesta unitaria a la crisis económica, no está habiendo una respuesta unitaria a lo que debe ser Europa en el plano internacional y por supuesto no la está habiendo en cuestiones concretas como la crisis de los refugiados o la posición común con respecto a la amenaza que significa Estado Islámico, para lo que se requiere una respuesta interior con una unión policial y de inteligencia y también una respuesta exterior. Existe todavía mucho recelo por parte de los estados miembros a que se pueda poner en cuestión la soberanía individual por lo que no se pasa de una unión poco más que administrativa. Europa está en peligro y el peligro acecha más desde dentro que desde fuera.
Ternura
En nuestra portada de hoy publicamos una imagen absolutamente tierna: una madre amamantando a su hija en la ceremonia de su boda. La fotografía es grande por lo evidente y por lo simbólico: una madre está feliz culminando un acto de amor para con su pareja y sobre todo para con su hija en un compromiso con un proyecto común a través de un acto solemne y de otro natural. Que cosa más natural y gratificante puede haber que amamantar a un hijo. Si se unen las dos cosas la imagen es deliciosamente normal, emotivamente sincera. Como dice la novia: "de nada vale preparar una gran ceremonia si olvidas lo más importante, el amor".