Opinió

Relaciones

No se puede negar que la ministra de Fomento es una persona de carácter en lo personal y también en lo político. Con la que cae en la zona de críticas a su ministerio como consecuencia del extraordinario retraso de las obras del IV Cinturó, ni corta ni perezosa, aún estando en funciones, organiza una visita a las obras para anunciar que se aumentará la dotación presupuestaria para dar un “empujón” a la nueva vía. Y lo hace sola, con la delegada del Gobierno y el responsable de las obras: nada de alcaldes y mucho menos de consellers. Sólo se reunión, en Barcelona, con representantes de la Cecot, que propusieron a la ministra un encuentro con alcaldes de la zona para hacerle llegar las inquietudes del territorio a la que doña Ana Pastor se negó.

Las relaciones del Gobierno con cualquier institución catalana es ahora complicada, muy complicada y la ministra lo quiso poner de manifiesto. Sentó muy mal en el ministerio de Fomento no haber sido formal y convenientemente invitada a la inauguración de la Línia 9 del metro de Barcelona y mucho menos que al final llegase la invitación a Madrid con menos de veinticuatro horas de antelación. Ana Pastor envió a su segundo para hacer evidente el desaire. Hay que convenir que no se estuvo elegante desde la conselleria de Territori y el gesto no va a ayudar. En ese sentido, no parece que el nivel de relación de la ministra con Josep Rull vaya a ser el mismo que con el ahora conseller de Cultura, Santi Vila. Con todo, filias y fobias a parte, y teniendo en cuenta que no se sabe cuál será el futuro de la ministra, la presión del territorio o el sentido común o probablemente un gesto de orgullo en la hora del adiós, pueden haber hecho desencallar la continuación de la obra del IV Cinturó.

Es innecesario volver a abundar sobre la necesidad de que la obra acabe cuanto antes. El estudio económico en torno al IV Cinturó, presentado hace pocas semanas en Barcelona, fue suficientemente elocuente sobre lo necesario de la infraestructura, sobre el dinero que se está perdiendo, el que se está dejando de ganar y la infamia que significa el tener paralizada una importantísima inversión de dinero público que no puede cumplir el cometido para el que ha sido proyectada. El hecho de que se tenga que encargar un nuevo informe medioambiental de la continuación del IV Cinturó hasta Granollers porque el que existía había caducado es un hecho suficientemente ilustrativo.

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